La crisis en el transporte público de Catamarca atraviesa un nuevo capítulo de tensión, con un paro que se prolonga sin una solución a la vista y que deja a miles de usuarios sin servicio. La Unión Tranviarios Automotor (UTA), seccional Catamarca, mantiene la medida de fuerza iniciada en la medianoche de este jueves, en reclamo por el pago de los haberes correspondientes a noviembre, situación que dejó expuesta otra vez la fragilidad financiera del sector y la dependencia directa de los subsidios provinciales.

Mientras los choferes exigen el cumplimiento de sus salarios, del otro lado los usuarios también sienten el impacto: deben afrontar gastos extras para movilizarse, desde remises y taxis hasta UBER, en una provincia donde el transporte público es esencial para el funcionamiento cotidiano.

Tras una jornada de nuevas negociaciones entre el gremio y el Ministerio de Integración Regional, Logística y Transporte, la autoridad provincial informó que, pese a los intentos de acercamiento, el conflicto continúa sin cambios sustanciales. Por ahora, solo dos empresas mantienen servicios: 25 de Agosto y la Cooperativa San Fernando. El resto de las empresas continúan adheridas al paro, generando un esquema de transporte reducido que complica.

El organismo que conduce Lucas Póliche comunicó que se realiza "un seguimiento permanente de la situación, con el objetivo de garantizar la prestación del servicio y avanzar en la normalización total durante las próximas horas". Sin embargo, puertas adentro del gremio la postura es mucho más cauta: dirigentes consultados por La Unión advierten que el levantamiento del paro está "lejos" de concretarse y que cualquier avance depende exclusivamente del cumplimiento del Gobierno provincial.

El punto central del conflicto es la transferencia que la Provincia debe girar a las empresas de transporte, fondos que permitirían afrontar el pago de salarios atrasados. Sin esa inyección económica, sostienen desde UTA, las compañías no cuentan con la capacidad financiera para regularizar los haberes, lo que mantiene trabada cualquier negociación. La dependencia del sector respecto del aporte estatal vuelve a quedar en evidencia en cada crisis, y esta no es la excepción, esto a una semana de comenzar a regir el nuevo valor del boleto de colectivos.

A este escenario se suma otro elemento clave: la próxima semana vence el plazo para que los choferes cobren el medio aguinaldo. La posibilidad de ingresar en un nuevo incumplimiento genera aún más preocupación entre los trabajadores, que no descartan endurecer las medidas si el conflicto se extiende. Las empresas, por su parte, mantienen silencio, lo que alimenta la incertidumbre.

En paralelo, versiones internas indican que incluso la empresa 25 de Agosto podría sumarse al paro en las próximas horas si no hay novedades sobre los pagos, lo que dejaría a la Cooperativa San Fernando como la única prestadora activa. Su continuidad en la calle se debe, precisamente, a su estructura cooperativa, que le permite resolver sus obligaciones de manera diferente al resto de las compañías.

Mientras tanto, la ciudadanía espera. Con el inicio de la temporada de fin de año y una fuerte actividad comercial, la falta de transporte complica no solo la movilidad laboral, sino también el acceso a servicios esenciales, trámites y actividades cotidianas. Para muchos usuarios, cada día sin colectivos representa un gasto adicional difícil de afrontar en un contexto económico ya ajustado.

Por ahora, el conflicto se mantiene sin señales claras de resolución. Si no se concreta una transferencia oficial en las próximas horas, Catamarca podría enfrentar otro día de paro con un sistema de transporte prácticamente paralizado y con un gremio preparado para sostener su reclamo hasta obtener respuestas concretas.