En un esfuerzo por fortalecer la prevención del suicidio y brindar herramientas a quienes acompañan a niños y adolescentes, la Secretaría de Salud Mental y Consumos Problemáticos llevó a cabo días atrás un taller en el Club Obreros de San Isidro. El encuentro estuvo dirigido a padres y profesores, con la intención de generar espacios de formación que permitan actuar de manera temprana ante situaciones de vulnerabilidad emocional.
El taller surge de la necesidad de los adultos de contar con herramientas prácticas y conocimientos específicos para poder intervenir y acompañar a los más jóvenes en contextos de riesgo. En este sentido, la referente del Programa de Prevención de Suicidio, Luciana Barbosa, remarcó que "es muy importante trabajar en ámbitos deportivos, pensando en acercar herramientas tanto a padres como a profesores en lo relacionado a factores protectores, de riesgo y señales de advertencia".
La elección del entorno deportivo no es casual. Según explicaron los organizadores, los clubes y espacios de recreación constituyen lugares de encuentro habituales para niños y adolescentes, donde pueden observarse cambios en el comportamiento y detectar indicios de estrés, ansiedad o depresión. Por ello, capacitar a los adultos que conviven con los jóvenes en estos espacios se considera clave para fortalecer la red de contención y prevención.
Durante el encuentro, se abordaron estrategias de identificación de señales de riesgo, técnicas de contención emocional y canales de asistencia inmediata, como la línea 135, destinada a brindar apoyo ante situaciones de crisis. La dinámica incluyó tanto exposiciones teóricas como espacios de diálogo y preguntas, permitiendo a los participantes resolver dudas concretas y compartir experiencias.
Entre los asistentes, Fernanda, madre de niños que asisten al club, destacó la utilidad del taller: "Como mamá me pareció muy útil, porque nos pudimos sacar muchas dudas y aprender cómo actuar, cómo manejarnos si sabemos de alguna persona que esté pasando por depresión o alguna situación de riesgo", señaló. Además, enfatizó la importancia de que estos conocimientos lleguen también a los niños y adolescentes: "Nos gustaría que ellos puedan escuchar para saber cómo actuar ante algún amigo o familiar en esa situación, o incluso para que conozcan la línea 135, ya que muchas veces se intimidan ante la presencia de un adulto".
El taller forma parte de una serie de acciones impulsadas por la Secretaría de Salud Mental y Consumos Problemáticos destinadas a prevenir el suicidio en niños y adolescentes, promoviendo la creación de redes de apoyo en diferentes ámbitos de la comunidad. Estas iniciativas buscan no solo la detección temprana de situaciones de riesgo, sino también la promoción de factores protectores, fortaleciendo la comunicación y la contención emocional entre adultos y jóvenes.
La experiencia en el Club Obreros de San Isidro resalta la relevancia de generar espacios de formación integrales y prácticos, en los que la información se combine con la posibilidad de compartir dudas y reflexionar sobre situaciones reales. De esta manera, se busca contribuir a la construcción de entornos más seguros y conscientes de la salud mental de niños y adolescentes.