Nada se compara al aroma a pan recién horneado en casa, y ahora puedes preparar unos pancitos esponjosos en minutos con una receta sencilla y con ingredientes que seguramente tienes a mano.
Estos pequeños panes son ideales para acompañar una picada, el mate, el desayuno con mermelada, o incluso para armar mini sándwiches.
Lo mejor de esta receta es que no requiere amasar, y el resultado es tan rico y suave que querrás tenerlos siempre listos.
Además, puedes personalizarlos a tu gusto: agregar semillas, queso rallado, orégano o lo que tengas en casa. También puedes hacer mini versiones tipo muffins o usar la masa como base para una pizza rápida.
Ingredientes para 12 pancitos
- 300 g de harina 0000
- 200 g de leche (tibia)
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharada de aceite
- 1 cucharadita de sal
- 1 sobre de levadura seca (10 g)
- 1 yema de huevo (para pincelar)
Paso a paso para preparar estos pancitos:
Preparar la levadura: Entibia la leche (que no esté muy caliente, solo tibia al tacto). En una taza grande, mezcla la leche con una cucharada de azúcar, una de aceite y el sobre de levadura seca. Remueve suavemente y deja reposar unos minutos hasta que se formen burbujitas en la superficie, señal de que la levadura está activa.
Mezclar los ingredientes secos: En un bowl, agrega 300 g de harina 0000 y una cucharadita de sal. Incorpora la mezcla de leche y levadura, y mezcla con una cuchara o espátula hasta obtener una masa pegajosa, similar a un engrudo. No hace falta amasar.
Dejar levar: Cubre el bowl con un repasador limpio y deja reposar en un lugar templado durante unos 40 minutos. La masa crecerá bastante. Si hace frío, puedes ponerlo cerca del horno apagado o dentro del horno con la luz encendida.
Formar los pancitos: Cuando la masa haya levado, volcála sobre una mesada enharinada y estírala con un palo de amasar hasta obtener un grosor de aproximadamente 1,5 cm. Corta cuadraditos o la forma que prefieras y arma bollitos, redondos o alargados.
Preparar para hornear: Coloca los pancitos en una fuente enmantecada o con papel manteca, dejando espacio entre ellos para que crezcan durante la cocción.
Darles el toque final: Pincela cada pancito con yema de huevo batida para que queden doraditos y brillantes.
Hornear: Lleva al horno precalentado a 180°C y hornea durante unos 15 minutos, o hasta que estén bien dorados por encima y cocidos por dentro.
¡Y listo! En pocos minutos tendrás unos pancitos caseros, esponjosos y llenos de sabor, perfectos para cualquier momento del día. Además, su versatilidad permite que los adaptes a tu estilo y lo que tengas en casa. ¿Te animas a probarlos?