Durante la noche, cuando el cuerpo entra en un estado de reposo y recuperación, pueden manifestarse señales físicas que muchas veces pasan inadvertidas o se atribuyen al cansancio, al estrés cotidiano o a cambios ambientales. Sin embargo, especialistas en salud advierten que algunos síntomas nocturnos, especialmente cuando se repiten con frecuencia y sin una causa clara, merecen atención médica. Uno de ellos es la sudoración nocturna excesiva, una manifestación que suele ser subestimada pero que, en determinados contextos, podría estar vinculada a enfermedades graves, incluido el cáncer.
Detectar a tiempo este tipo de señales resulta clave para avanzar hacia un diagnóstico precoz. Por eso, comprender qué ocurre durante el descanso nocturno y reconocer cuándo conviene consultar al médico puede marcar una diferencia significativa. Aunque en la mayoría de los casos no se trata de un cuadro grave, prestar atención a estos signos permite descartar problemas de salud más serios o iniciar estudios clínicos de manera oportuna.
La sudoración nocturna es un síntoma relativamente frecuente y puede responder a múltiples factores. De acuerdo con el portal especializado Msdmanuals, la transpiración excesiva no siempre tiene una causa específica y, en muchos casos, se relaciona con condiciones benignas. Sin embargo, los especialistas advierten que, cuando se presenta de forma persistente, intensa y sin explicación aparente, puede estar asociada a infecciones, trastornos metabólicos o enfermedades oncológicas.
Desde el sitio angloamericano UnidadMédica explican que el sudor es un líquido producido por las glándulas sudoríparas, compuesto en un 99% por agua y, en menor proporción, por sales —principalmente cloruro de sodio— y otras sustancias que el organismo elimina. Su función principal es regular la temperatura corporal: al impregnar la piel y evaporarse, genera un efecto de enfriamiento que permite mantener el equilibrio térmico.
En condiciones normales, la sudoración durante la noche puede explicarse por factores como el calor ambiental, el uso de ropa inadecuada, el consumo de alcohol, el estrés o cambios hormonales. No obstante, cuando el sudor empapa la ropa de cama, se repite con frecuencia y no guarda relación con estas causas habituales, los médicos recomiendan prestar mayor atención.
En el ámbito oncológico, existen algunos tipos de cáncer que pueden presentar la sudoración nocturna como uno de sus síntomas asociados. Entre ellos se encuentran la leucemia, el cáncer de hueso y el cáncer de hígado. Según el portal Medical News Today, la leucemia es un tipo de cáncer de la sangre o de la médula ósea y, en algunos casos, puede manifestarse con sudoración nocturna persistente, acompañada de otros signos como fatiga, fiebre o pérdida de peso.
El cáncer de hueso, otro tipo de cáncer primario que se origina en las células óseas, también puede estar vinculado a este síntoma. De acuerdo con el portal Sanitas, este tipo de cáncer se produce por la aparición de un tumor maligno que destruye tejido óseo y, cuando tiene su origen directamente en el hueso, se lo denomina cáncer primario. En algunos pacientes, la sudoración nocturna puede formar parte del cuadro clínico.
En el caso del cáncer de hígado, se trata de una enfermedad que causó más de 830.000 muertes en todo el mundo en 2020, según datos de la American Society of Clinical Oncology. Si bien sus síntomas varían, en determinados casos puede incluir sudoración nocturna, especialmente en etapas avanzadas. Este tipo de cáncer es más frecuente en algunas regiones de África, aunque también se registra en otras partes del mundo.
Los especialistas coinciden en que la sudoración nocturna, por sí sola, no permite establecer un diagnóstico. Sin embargo, cuando se presenta de manera persistente, sin causa aparente y acompañada de otros síntomas, es fundamental consultar con un profesional de la salud. La evaluación médica temprana sigue siendo una de las herramientas más importantes para la prevención y detección precoz de enfermedades.
