El video dura apenas un minuto y cuarenta segundos, pero su impacto emocional trasciende el tiempo de reproducción. Con una mezcla de timidez, sinceridad y valentía, Nata, un adolescente de 14 años, mira a cámara y expresa un deseo que interpela de lleno a la sociedad: no pide regalos, tecnología ni objetos materiales. Para esta Navidad, su único anhelo es encontrar una familia.
"Mi deseo para esta Navidad es tener una familia", dice con voz serena desde un hogar ubicado en el centro de Rosario, donde vive desde hace poco más de un año. El video fue difundido por el Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines Adoptivos de Santa Fe (RUAGA) y rápidamente se viralizó, superando los 55 mil "me gusta" y generando miles de comentarios cargados de emoción, empatía y también frustración frente a las trabas del sistema de adopción.
Nata se presenta como cualquier chico de su edad. Cuenta que nació en la provincia de Santa Fe, que le gusta el deporte y que practica natación dos veces por semana, una actividad que disfruta porque lo divierte y lo ayuda a relajarse. También habla de la escuela: cursa segundo año del nivel secundario y reconoce que asistir con regularidad le cuesta, aunque se esfuerza por hacerlo. Además, asiste a terapia psicológica cada quince días.
"Me cuesta demasiado, pero estoy tratando de ir todos los días, de esforzarme porque sé que me va a ayudar el día de mañana, a ser alguien mejor y a cambiar la historia de mi familia", explica con una madurez que conmueve.
Su historia personal está marcada por el dolor. Sus padres se encuentran privados de la libertad y durante su infancia vivió situaciones de violencia que aún lo atraviesan. "Viví situaciones de maltrato, de gritos, de discriminación. Fue algo demasiado grave y doloroso para mi infancia", relata con angustia.
Cuando tenía 12 años, su mamá lo llevó a Tribunales para darlo en adopción. Ese momento marcó un quiebre definitivo en su vida. "Yo no quería, porque mi sueño siempre fue tener una familia, un papá y una mamá. Algo que nunca pude cumplir y por eso me tuve que ir a un hogar", recuerda.
Hoy, Nata asegura que en el hogar donde vive no le falta nada desde lo material. Sin embargo, siente un vacío que nada logra llenar. "Me dan todo lo que necesito, pero no es lo que quiero o lo que anhelo", afirma. Y lo resume sin rodeos: "Lo que quiero y anhelo con toda mi alma es tener una familia".
El pedido se repite con fuerza y claridad: "Quiero sentirme cuidado, contenido, poder sonreír de verdad y, por primera vez, sentir lo que es tener una mamá y un papá". También aclara que estaría dispuesto a integrar una familia monoparental y que le gustaría que viva en Rosario o en zonas cercanas para no perder sus vínculos actuales.
El video fue difundido con autorización judicial. Desde el gobierno de Santa Fe confirmaron que tanto la jueza a cargo del expediente como la abogada del adolescente autorizaron la publicación del material, entendiendo que se trata de una estrategia excepcional para garantizar su derecho a vivir en familia.
En redes sociales, la historia despertó una ola de mensajes de apoyo, pero también expuso el enojo de muchas personas que desean adoptar y encuentran obstáculos. "Yo lo adoptaría, pero soy sola", "El problema no es querer, son las trabas del sistema", fueron algunos de los comentarios más repetidos.
No es la primera vez que un adolescente recurre a este tipo de mensajes públicos. Tiempo atrás, el actor y director José María Muscari adoptó a Lucio, un joven de Corrientes que también había grabado un video pidiendo una familia. Hoy, ambos comparten su vida y su historia se transformó en un símbolo de segundas oportunidades.
Mientras tanto, Nata sigue con su rutina: va a la escuela, entrena natación y sale con amigos. Sueña con una familia que tenga tiempo para acompañarlo, compartir actividades y brindarle un espacio propio. "Me gustaría tener mi propia habitación, solo para mí", confiesa.
Quienes estén interesados en iniciar el proceso de adopción pueden escribir a registrosrosario@santafe.gov.ar, indicando el número de convocatoria 81/25. A veces, una familia puede empezar con un mail. Y con la decisión de escuchar cuando un chico se anima a pedir lo que siempre debió tener: una familia.