Después de doce días de intensa lucha, el incendio que afectó al Cerro Ancasti, específicamente en la Cuesta de La Herradura, fue declarado contenido este lunes por la Dirección de Brigada de Lucha contra Incendios Forestales, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Orden Público.
El foco de Ancasti representó un desafío particular para las brigadas, ya que se encontraba en un sector de completa inaccesibilidad para equipos terrestres. Las características del terreno —con lomadas pronunciadas, quebradas profundas y una vegetación muy cerrada— impidieron el ingreso de bomberos y unidades de ataque rápido.
El incendio fue detectado inicialmente por vecinos de la zona, quienes alertaron a las autoridades tras observar la columna de humo en una lomada ubicada debajo del área donde se encuentran instaladas antenas de comunicación.
Balance positivo al 1° de diciembre
La Dirección de Brigada emitió un comunicado oficial actualizando la situación de los incendios forestales en la provincia, destacando el impacto positivo de las recientes condiciones climáticas:
"Las condiciones meteorológicas de las últimas 48 horas ayudaron a sofocar la mayoría de los focos. Continúan los monitoreos terrestres y se actualizó la superficie afectada según imágenes del monitoreo del día sábado."
Los reportes detallan el estado actual de los incendios registrados, con las siguientes cifras de superficie afectada:
Cerro Ancasti - Cuesta de La Herradura: CONTENIDO - Sup. afectada 5,74 ha.
Concepción (Capayán): CONTROLADO - Sup. afectada 178 ha.
Concepción (Capayán): CONTENIDO - Sup. afectada 556 ha.
Ambato - La Puerta: CONTENIDO - Sup. afectada 9,69 ha.
Ambato - El Bolsón: CONTENIDO - Sup. afectada 70,4 ha.
Récord histórico de baja afectación
En el mismo comunicado, las autoridades destacaron un dato alentador respecto a la temporada en curso. En lo que va del año, se registran un total de 236 incendios con 5.853 hectáreas afectadas, lo que representa la cifra más baja en 14 años para la provincia.
Este registro subraya la efectividad de los protocolos de prevención y la respuesta coordinada de los equipos de lucha contra el fuego. Los monitoreos terrestres se mantienen activos para asegurar que no se produzcan rebrotes en ninguna de las zonas afectadas.