San Lorenzo arribó al José Dellagiovanna con la misión de volver al triunfo en la Copa de la Liga. El Ciclón llegó a su compromiso ante Tigre con la seguidilla de cuatro empates en fila y en la sexta fecha de la Zona B del torneo doméstico había que ganar. Sin embargo, el Matador mostró mejores armas y arrinconó al conjunto liderado por Ruben Darío Insua contra el arco de Augusto Batalla.

Las intervenciones de Alexis Castro, Aaron Molinas y Sebastián Prediger transformaron en figura al ex arquero de River Plate, quien mantuvo la paridad en el Monumental de Victoria gracias a su extraordinaria producción. La única explicación por la que el elenco de Lucas Pusineri no se puso en ventaja se amparó en un solo argumento: el trabajo de Batalla.

Durante la primera etapa, el capitán del Cuervo tuvo 6 apariciones brillantes para mantener su invicto. La superioridad de Tigre fue perceptible desde que la pelota comenzó a rodar en la zona norte del conurbano bonaerense, mientras que los porteños de Boedo apostaron por la jerarquía individual de Adam Bareiro, Iván Leguizamón y Malcom Braida.

El cero los calificó a ambos. El dueño de casa no tuvo la capacidad para quebrar a la sólida defensa azulgrana y los del Gallego mostraron una imagen muy pobre, que atentó contra el sueño de pelear por el título. Con producciones como la que protagonizó ante Tigre, San Lorenzo está lejos de lograr una de las cuatro plazas que entrega boleto para los cuartos de final. El horizonte pareciera ser oscuro para el Ciclón.