En medio de una creciente guerra comercial global, la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, lanzó un contundente mensaje: "Vamos a poner a Estados Unidos primero, no a la carne desde la Argentina". La frase fue pronunciada durante una entrevista con Fox News y refleja la nueva estrategia proteccionista del presidente Donald Trump, quien busca reinstalar su visión de "America First" en la agenda económica.
La declaración se enmarca en el anuncio de un nuevo esquema de aranceles mínimos del 10% para las importaciones, aunque momentáneamente suspendido por 90 días. Esta decisión afecta directamente a países como Argentina, Canadá, China e India, y amenaza con deteriorar aún más las condiciones de acceso de productos argentinos al mercado estadounidense.
La funcionaria aseguró: "Vamos a poner a Estados Unidos primero; no a China, ni a la India, no a la carne desde la Argentina, no a los productos lácteos de Canadá".
"Recién escuchaba a un empresario de los camarones y a un ganadero decir que 'estamos con este presidente, entendemos su visión, esto será mejor para nosotros y nuestras familias en el largo plazo'", sostuvo Rollins, quien fue mencionada especialmente por Trump cuando anunció la suba de aranceles desde los jardines de la Casa Blanca.
El duro mensaje de la funcionaria se produjo en medio del revuelo por los aranceles mínimos del 10% -que Trump suspendió por 90 días- y a pesar de una buena sintonía entre el republicano y el presidente Javier Milei.
La funcionaria dijo que esta visión de Trump de poner a los estadounidenses primero no es nueva. "Con él como presidente, más de 70 países nos están llamando para negociar. Estamos en tiempos inciertos, pero la estrategia y el plan van hacia adelante", declaró.
Aranceles estratégicos: Trump redobla su apuesta en plena campaña
Trump, quien aún no se pronunció específicamente sobre la carne argentina, sí justificó la pausa temporal de los nuevos aranceles alegando que algunos países "no tomaron represalias" contra Estados Unidos. No obstante, advirtió que la política comercial seguirá siendo firme y que hay más de 75 países negociando nuevos acuerdos con Washington, en un clima global de alta tensión.
El presidente también hizo referencia a la volatilidad de los mercados, en especial el de bonos, como un factor que influyó en su decisión de moderar temporalmente la aplicación de aranceles. En sus palabras: "Hay que mostrar algo de flexibilidad, y yo soy capaz de hacerlo".
El efecto dominó en la Argentina: alerta en el sector agroexportador
Las repercusiones para la economía argentina podrían ser significativas. El sector cárnico, uno de los pilares del comercio exterior argentino, podría perder competitividad si se reactivan los aranceles. Según el consultor en comercio internacional Marcelo Elizondo, la medida elimina una ventaja comparativa que Argentina tenía frente a otros países que sí eran gravados con tarifas más elevadas.
Por su parte, Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), explicó que las nuevas disposiciones no afectan a todos los sectores por igual. Algunos rubros, como aluminio, acero y autopartes, que representan aproximadamente el 11% de las exportaciones argentinas hacia Estados Unidos, seguirán gravados con aranceles más altos. Además, la competencia directa con países del T-MEC como Canadá y México también podría perjudicar a productos argentinos como carne y maní.
¿Una "era dorada" para Estados Unidos o una crisis para sus socios comerciales?
Rollins sostuvo que Estados Unidos está a las puertas de una "era dorada" bajo la conducción de Trump, basada en una estrategia de protección a sus industrias y productores. Sin embargo, esta política podría traducirse en serias dificultades para las economías emergentes, como la argentina, que dependen en gran parte de las exportaciones agrícolas y manufacturadas.
La frase "No más carne desde la Argentina" se convierte así en un símbolo de la renovada política comercial estadounidense, que, en pos de fortalecer su mercado interno, pone en jaque relaciones comerciales construidas durante décadas.
Desafíos para Argentina en un nuevo escenario comercial global
La nueva orientación arancelaria de Estados Unidos, impulsada por el equipo de Donald Trump, plantea retos significativos para el comercio exterior argentino, especialmente para sectores clave como la carne, el acero y el aluminio. Aunque la suspensión de los aranceles por 90 días ofrece un respiro, el mensaje es claro: la competencia global se endurece y los márgenes de negociación se reducen.
Frente a este panorama, la Cancillería argentina y el sector privado deberán redoblar sus esfuerzos diplomáticos y estratégicos para proteger los intereses nacionales y preservar el acceso a uno de los mercados más importantes del mundo. En un contexto marcado por el proteccionismo, la diversificación de mercados y el fortalecimiento de acuerdos bilaterales serán claves para asegurar la sustentabilidad del comercio argentino en el mediano plazo.