El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, confirmó este martes que la Argentina ya activó una parte del swap de monedas por US$20.000 millones, suscrito con el gobierno norteamericano a mediados de octubre. Según el funcionario, el Banco Central (BCRA) puso en marcha "una pequeña porción" del acuerdo con el objetivo de reforzar sus reservas en un contexto de presión cambiaria y compromisos con organismos internacionales.

"Ya obtuvimos una ganancia", aseguró Bessent en una entrevista concedida a la cadena MSNBC, donde explicó que la línea de crédito estadounidense permitió al gobierno argentino "estabilizarse durante una elección". La declaración fue replicada por la agencia Bloomberg, que destacó la importancia de la operación en medio de las dificultades financieras que atraviesa el país.

"Le prestamos dinero a un gobierno para estabilizarlo durante una elección, uno de nuestros grandes aliados en Latinoamérica. Hicimos disponible una línea de crédito, se utilizó una pequeña parte de ella y obtuvimos ganancias con ello", detalló Bessent.

Aunque el funcionario evitó precisar el monto exacto del tramo activado, sus declaraciones confirmaron lo que el mercado financiero venía presumiendo desde comienzos de noviembre: que la Argentina había recurrido al swap estadounidense para cumplir con sus obligaciones frente al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Un alivio en medio de tensiones financieras

El 7 de noviembre, el Gobierno argentino abonó cerca de US$800 millones al FMI, correspondientes a vencimientos de principios de mes. La operación había despertado especulaciones sobre el origen de los fondos, dado que las reservas netas del Banco Central continuaban en terreno negativo.

A finales de la semana pasada, el Tesoro nacional apenas contaba con unos US$150 millones disponibles en su cuenta, una cifra insuficiente para hacer frente al pago al organismo que conduce Kristalina Georgieva. La hipótesis de los analistas privados fue que el Gobierno activó la línea de swap con EE.UU. para completar el giro al Fondo, utilizando Derechos Especiales de Giro (DEG), la moneda con la que el FMI realiza sus operaciones.

De acuerdo con la información pública del organismo internacional, al cierre de octubre la Argentina había incrementado su tenencia de DEG en unos 640 millones, mientras que Estados Unidos registró una reducción de igual magnitud, lo que confirmaría la transferencia.

Acuerdo estratégico 

El swap entre la Argentina y Estados Unidos fue firmado a mediados de octubre como parte de una estrategia bilateral para reforzar la estabilidad económica en la región y consolidar vínculos entre ambos países. Según fuentes diplomáticas, la línea de crédito se diseñó para fortalecer las reservas internacionales argentinas y evitar tensiones cambiarias en un contexto electoral.

Desde Washington, la Casa Blanca considera al país sudamericano como un socio clave en el Cono Sur y busca mantener su influencia frente al avance de China, que también mantiene un swap de monedas activo con el Banco Central argentino.

En ese sentido, las palabras de Bessent no solo confirman la operación financiera, sino también la profundización de una alianza estratégica. "Estados Unidos tuvo una ganancia", subrayó el funcionario, dejando entrever que la relación bilateral podría ampliarse hacia nuevos acuerdos financieros y comerciales en los próximos meses.

Por el momento, el Banco Central argentino no emitió una comunicación oficial sobre la activación del swap ni los detalles del monto utilizado, aunque el reconocimiento del Tesoro estadounidense despeja las dudas del mercado y da señales de respaldo internacional al Gobierno.