En la mañana de hoy inició y finalizó en la Cámara Penal N°2 un juicio oral y público que tuvo en el banquillo de los acusados a Fernando Caliva. El joven llegaba imputado del delito de robo, tras haberle robado, bajo la modalidad de arrebato, el teléfono celular a una mujer en la vía pública cuando caminaba junto a su pequeño hijo.

Una vez leída la citación a juicio, el juez Silvio Martoccia, quien llevó el debate unipersonalmente, le dio la palabra al imputado para que diera su versión del hecho. Asesorado por el defensor oficial, Mariano Guillamondegui, Caliva declaró. 

Dijo ser inocente y que el día del hecho él se encontraba trabajando en su taller de motos, cuando llegó su hermano Carlos Caliva y un amigo, quienes le ofrecieron un teléfono celular, pero que él no le dio importancia.

Concluido el testimonio del imputado en la sala, declararon dos de las tres testigos citadas para la audiencia. La gran ausente fue la víctima, de apellido Gómez.

Alegatos

Seguidamente, el juez escuchó los alegatos. El fiscal Augusto Barros, a líneas generales, sostuvo la imputación y pidió la pena de un año y seis meses de prisión. Luego, la defensa entendió que la pena peticionada por la fiscalía era excesiva, ya que la investigación solo contaba con una prueba, que era una rueda de reconocimiento, en la que la víctima lo habría reconocido por ser “de contextura física robusta”.

Para el defensor eso no era prueba suficiente ni objetiva para mantener la imputación en contra de Caliva y peticionó su absolución.

Al momento de dictar el fallo, el juez Martoccia hizo lugar a lo pedido por la defensa y absolvió a Caliva.