El Tribunal Oral en lo Federal N°6 condenó a Emamanuel Ioselli, alias “Camus Hacker”, y al informático Gastón Favale a 10 y 15 años de prisión, respectivamente, por extorsionar a seis menores de edad, sacarles fotos con falsas promesas y luego vender el contenido en redes sociales y sitio de internet.

Ambos quedaron condenados por “trata de personas con fines de explotación y comercialización de pornografía infantil, mediante engaños y aprovechamiento de la vulnerabilidad” de las víctimas que eran menores, pero Favale fue condenado a 15 años por una acusación de abuso sexual de una de las víctimas.

“Camus Hacker” ya tenía una condena a tres años de prisión en suspenso por otro caso de extorsión, que quedó unificada con la pena de 10 años de cumplimiento efectivo. Ioselli está detenido en la cárcel de Ezeiza, y desde allí escuchó la lectura del veredicto de manera virtual.

Las fiscales Gabriela Baigún y Alejandra Mángano los acusaron de “captar con engaños a adolescentes vulnerables, a quienes amenazaban y sometían a sesiones de fotos de contenido sexual para distribuir y vender en Internet”.

El Tribunal ordenó el decomiso de todos los dispositivos electrónicos secuestrados a los dos acusados para proceder luego a su venta, previa destrucción del contenido de índole privado referido a la actividad criminal. También se dispuso una restitución económica a favor de las seis víctimas.

Qué dice el fallo que condenó a “Camus Hackers” a 10 años de prisión

El veredicto emitido por los jueces Sabrina Namer, Néstor Costabel y Rodrigo Giménez Uriburu encontró culpables a Ioselli y Favale de captar “al menos seis adolescentes en situación de vulnerabilidad para someterlas a la producción de materiales de representación sexual para su posterior distribución, comercialización y publicación, entre abril de 2016 y el 8 de junio de 2018″.

Según la investigación que impulsó la Protex ante la denuncia de una de las víctimas, los dos procesados captaban a las adolescentes a través de redes sociales, se aprovechaban de su situación de vulnerabilidad y ofrecían “sesiones de modelaje” a cambio de una paga.

Cuando las adolescentes aceptaban, pactaban encuentros para “pruebas fotográficas” en un hotel alojamiento del barrio porteño de Villa del Parque. Según los testimonios y pruebas en la causa, luego de las sesiones de fotos, las víctimas eran amenazadas con la publicación de sus imágenes en Internet o el envío a sus familiares.

En el caso de Favale fue procesado además por abuso sexual contra una de las adolescentes durante una de esas “sesiones”.