A casi una semana de que se concretara en un domicilio particular de calle Vicario Segura 1233 un allanamiento por el supuesto tráfico en internet de imágenes pornográficas de personas menores de edad, el fiscal que interviene en la causa Dr. Hugo Costilla, aguarda el análisis de los teléfonos celulares, computadoras, pendrive y otros elementos electrónicos que fueron secuestrados, que permita determinar de cuál de estos ellos fue que se compartieron las imágenes en la nube.

Por el momento, la causa no tiene personas detenidas ni imputadas, hasta tanto se pueda establecer fehacientemente el aparato del que se emitió dichas imágenes cuya señal de envió fue detectada por la policía cibernética de los Estados Unidos quienes a tienen a cargo las investigaciones de redes de pedofilia que comparten y suben imágenes pornográficas de niños, niñas y adolescentes en actos sexuales de explicita e implícita.

Cabe recordar que el allanamiento se concretó en una vivienda de calle Vicario Segura 1233, entre Avenida Güemes y calle La Rioja, propiedad de Alberto Closa y, no en una pensión como se publicó de manera errónea e involuntaria la semana pasada.

En cuanto al allanamiento, el mismo se concretó el jueves de la semana en horas de la siesta y se extendió hasta los primeros minutos de la madrugada del día viernes concluyendo el mismo con el secuestro de una importante cantidad de teléfonos celulares de distintas marcas y modelos, computadoras tanto de escritorio como portátiles, pendrive y cd.

Elementos estos que fueron remitidos por orden judicial al laboratorio científico del Poder Judicial de la provincia donde serán “abiertos” y analizados con el propósito de determinar cuál de ellos fue el que se utilizó para el envió de las imágenes y a quien pertenece.

La Justicia local, había recibido una notificación por parte de la Interpol, en el que daba cuenta que desde un artefacto electrónico, que estaba en la vivienda de Vicario Segura 1233, se habían compartido imágenes y videos en los que aparecían criaturas desnudas y en escenas de sexo implícito. La investigación tiene continuidad al allanamiento ya realizado años atrás, tanto en domicilios de la Capital como en el interior provincial, donde la Interpol detectó que se habían compartido y/o descargado material de pornografía infantil.