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Crimen de Lucas González: imputarían a un décimo policía

Se trata de Sebastián Baidón, que fue señalado por sus propios compañeros como uno de los primeros en llegar a la escena. Podrían acusarlo de encubrimiento, privación ilegal de la libertad, amenazas y odio racial.

03 Diciembre de 2021 13.53

La causa por el crimen de Lucas González, el joven futbolista de 17 años que murió tras ser baleado por policías de la Ciudad, tiene un nuevo actor. El oficial Sebastián Baidón, agente de la fuerza porteña, se presentó este miércoles ante la Justicia junto a su abogada y se puso a disposición del fiscal que instruye la causa, Leonel Gómez Barbella. Ahora, los investigadores del caso evalúan acusarlo de encubrimiento, privación ilegal de la libertad, amenazas y odio racial.

El oficial de la Policía de la Ciudad fue señalado por varios de los efectivos investigados como uno de los primeros en llegar a la escena tras el ataque cometido contra Lucas González en Barracas. Incluso, sus propios compañeros lo acusaron de tirar al piso a uno de los amigos de Lucas González y esposarlo.

Según informaron fuentes judiciales, Baidón se puso en las últimas horas a disposición judicial y los investigadores del caso evalúan acusarlo de encubrimiento, privación ilegal de la libertad, amenazas y odio racial.

Quién es y por qué acusan a Sebastián Baidón, el décimo policía que se entregó ante la justicia

Sebastián Baidón se desempeña en la Comisaría Vecinal 4 D de la Policía de la Ciudad y es chofer del principal Héctor Cuevas, uno de los seis efectivos detenidos e imputados por el encubrimiento del hecho, a quienes se les atribuye haber modificado la escena y “plantar” un arma.

Baidón fue mencionado por la mayoría de los policías acusados como “el chofer tatuado” de Cuevas que llegó al lugar instantes después del ataque policial. El propio Cuevas fue quien ubicó a Baidón como la persona que lo acompañó a la escena del crimen y que esposó a uno de los jóvenes.

Lorena Miño y Marcela Fariña, las dos oficiales que llegaron primero al lugar, también apuntaron contra el oficial por el trato contra los amigos de Lucas González. Fariña mencionó que “de la declaración testimonial de uno de los chicos surge que los dichos discriminatorios fueron manifestados por un hombre, a quien describieron como alto y con tatuajes”.

Por su parte, Miño, otra de las oficiales acusadas, al ser consultada en su indagatoria sobre si podía describir al chofer de Cuevas, dijo que era “alto, blanco con tatuajes en ambos brazos, con uniforme de Policía de la Ciudad”.

Por último, el comisario Juan Romero, a cargo de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4, declaró: “Quiero agregar que uno de los chicos damnificados describió, con relación a los insultos raciales que recibieron, que se trataba de un hombre alto, delgado, con tatuajes en los brazos y yo quiero dejar en claro que no reúno esas características, no tengo tatuajes”.

Qué evalúa la fiscalía sobre la situación del décimo policía

Con base en todas esas declaraciones y demás elementos de prueba, los investigadores analizan por estas horas si pedirán la detención de Baidón para indagarlo por su rol en el encubrimiento del asesinato de Lucas González.

El oficial podría quedar detenido por los delitos de falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave, amenazas y odio racial, todos ellos en concurso ideal.

Bajo esa imputación se encuentran actualmente apresados el comisario Romero, el subcomisario Roberto Inca -ambos a cargo de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4-; el comisario Fabián Du Santos, el principal Cuevas y las oficiales Fariña y Miño, de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad.