Este miércoles, estaba previsto que en ámbitos de la Cámara Criminal de Tercera Nominación se llevara adelante la audiencia de Admisión de Evidencias en el proceso de juicio por jurado popular, en el que estaba como imputado Eliseo Guerrero por el homicidio doblemente calificado por haberse cometido en contra de una persona con la cual mantiene una relación de pareja y en grado de autor en concurso ideal en contexto de violencia de genero, en perjuicio de Eugenia Olivera. 

Previo a la apertura de la audiencia, el abogado defensor del ahora condenado, Dr. Juan pablo Morales le manifestó al juez director del proceso popular, Dr. Jorge Palacios que su asistido quería llegar a un arreglo con los representantes del Ministerio Público fiscal Dres. Martín Camps y Augusto Barros, reconociendo lisa y llanamente la autoría del hecho que se le acusa, evitando así el proceso popular propiamente dicho.

Ratificada la intención del imputado, ante las partes en el recinto, Guerrero a líneas generales reconoció haber matado a Eugenia Olivera –madre de sus dos hijos- y luego haber intentado hacer desaparecer el cuerpo quemándolo para desaparecer toda la evidencia.

A pesar del reconocimiento del femicida, en ningún momento demostró remordimiento sobre el acto cometido ni mucho menos le pidió perdón a los hijos de Eugenia y a su familia.

En la audiencia, el fiscal Camps sostuvo que la pena que debía recibir Guerrero, quien estaba reconociendo el hecho de forma libre y voluntaria, era la de prisión perpetua, sin ninguna posibilidad de una morigeración en la misma.

Al finalizar la audiencia, en la que el juez director luego de escuchar a todas las partes, resolvió declarar culpable a Eliseo guerrero del femicidio de Eugenia Olivera y condenarlo a la pena de prisión perpetua, el funcionario Judicial, Martín Camps, quien viajó desde Andalgalá hasta Capital para estar presente en la audiencia contó a LA UNIÓN algunos pormenores de la audiencia.
Así, se refirió a la “aceptación” de guerrero indicando que dicho reconocimiento “tiene una relación directa con los  elementos de la Investigación Penal Preparatoria y se derrumba el carácter de inocencia del que gozaba” el ahora condenado, ya que “dejó plasmada su participación”. 

En otra parte de la nota, el fiscal explicó que “si bien no se pudo realizar un cotejeo de ADN con los restos óseos que fueron encontrados, otros indicios confirmaron en la IPP que se trataba de Eugenia Olivera: unos anillos, unos aritos y también la declaración de algunos testigos. Unos dijeron conocer, porque ella misma les había contado los malos tratos que recibía de parte de Guerrero en los últimos cinco años, del marco histórico de violencia que vivía y otros, como la directora de la escuela a la que concurrían sus hijos a quien, si bien se estaba en época de pandemia cuando fue asesinada, le llamó la atención que no fuera a buscar a sus hijos, ya que era una madre muy preocupada y ocupada de sus hijos y su familia”, agregando “esto sin hacer mención a que un antropólogo estableció que los restos hallados eran humanos y que pertenecían a una mujer”.
Remarcó Camps, que “la imposibilidad de poder realizar el cotejo de ADN fue a causa que de los restos estaban prácticamente pulverizados, habían sido sometidos a temperaturas de entre 500 y 600 grados centígrados”.

Por otro lado, el fiscal manifestó que el dictado de condenada para Eliseo Guerrero, marca un cierre y un alivio para la familia, principalmente para los hijos, ya que hasta el momento los restos encontrados estaban como N.N., ahora ya está identificada.

Finalmente, Martín Camps dijo que de todo el trabajo bien realizado por la fiscalía se puede advertir que Guerrero siempre “tuvo dolo de matar a Eugenia” y así fue “reconocido por él mismo cuando confesó que quemó el cuerpo y no mostró arrepentimiento, ni siquiera le pidió perdón a los hijos de Eugenia, quienes se quedaron sin su madre y ahora sin su padre, porque irá preso de por vida”.
Tras concluir la audiencia, Eliseo Guerrero fue nuevamente trasladado por el personal del Servicio penitenciario a Miraflores, donde cumplirá la condena de prisión perpetua.