Uno de los elementos que se buscaba para sumar a la causa del femicidio de Eugenia Olivera era el celular de Eliseo Guerrero. Este lo había escondido en una zona de La Aguada, en Andalgalá, con ayuda de su padre.

En el día de ayer, la policía realizó un operativo de seguimiento al padre del femicida, quien se dirigió a un sector del río en La Aguada para buscar el aparato. Allí, fue sorprendido por los efectivos ante quienes se quebró y les confesó que su hijo le había pedido que lo buscara, entregándoles el teléfono.

Ahora, este elemento será peritado y se sumará como prueba en la causa del femicidio de Eugenia Olivera el pasado mes de julio.

Guerrero había manifestado en todo momento que había perdido su celular, por lo que se había allanado su casa y la de su padre. Sin embargo, tras una visita de este a su hijo, el hombre se dirigió hacia La Aguada donde finalmente fue interceptado por la policía debido a su actitud sospechosa. Acorralado y nervioso, terminó confesando que Eliseo Guerrero le había indicado buscar allí su teléfono.

Inmediatamente, e informó a la fiscal Soledad Rodríguez, quien ordenó el secuestro del aparato. El hombre estuvo demorado unas horas, pero luego fue liberado. Este accionar de Guerrero vuelve a entorpecer la pesquisa. No obstante, el lunes próximo será trasladado al Servicio Penitenciario tras confirmarse la prisión preventiva.

El pasado 6 de septiembre se denunció la desaparición de Eugenia Olivera, de quien sus amigas no tenían noticias desde el mes de julio. Por esto, al día siguiente Guerrero fue detenido y luego imputado por el delito de "homicidio doblemente calificado por la relación de pareja, en concurso ideal, en contexto de violencia de género (femicidio)".

La División Homicidios y policías de Andalgalá y Belén lograron encontrar restos óseos calcinados, además de un anillo y aros que pertenecían a Olivera en un rastrillaje en un sector de la ruta que une Andalgalá con Belén. Guerrero pasó a detenido y en la indagatoria dijo que quemó el cuerpo.