Dos jóvenes de 26 y 24 años de edad fueron, ayer por la mañana, condenados por la justicia en dos debates orales y público, que se desarrollaron en el Juzgado Correccional N° 3 y en la Cámara Penal N°1, respectivamente, por haberse apoderado ilegítimamente de dos teléfonos celulares. Los hechos ocurrieron entre los años 2018 y 2019 en la Capital. 

El factor común en ambos debates fue que en la declaración de los imputados, quienes reconocieron la autoría en el hecho endilgado, pidieron perdón a las víctimas. El juez Correccional Javier Herrera y el juez de Cámara Mauricio Navarro Foressi, lo declararon culpables y le impusieron penas de cumplimiento efectivo.

En el correccional

Pablo Gabriel Leiva, de 26 años, fue  uno de los juzgados y condenados ayer. Poco después de las 8:30 de la mañana, sentado ante el estrado, el mencionado se declarado culpable del delito de hurto simple  y el juez Correccional N°3 Javier Herrera le impuso la pena de un mes de prisión de cumplimiento efectivo.

En el debate, que se extendió por una hora, Leiva confesó el hecho, se hizo cargo y pidió perdón. Luego el fiscal Víctor Figueroa alegó peticionando una pena de tres meses de prisión de cumplimiento efectivo para el imputado, quien ya contaba con una condena condicional, haciendo lo propio a renglón siguiente el defensor  Dr. Orlando del Señor Barrientos.

Seguidamente, y luego de escuchar la última palabra del acusado, quien volvió a pedir perdón, el juez resolvió declararlo culpable y condenarlo a un mes de prisión en el servicio penitenciario provincial.
Como Leiva llegó en libertad al debate express, continuará gozando de tal beneficio hasta tanto la condena quede firme.

El hecho por el que el joven pasará un mes en el penal, sucedió el 25 de noviembre del año 2019, cuando en horas de la madrugada ingresó al domicilio de calle Señor de los Milagros al 400 y aprovechando que los moradores dormían sustrajo de la habitación un teléfono celular para luego darse a la fuga.

En la Cámara

En tanto que a las 9 de la mañana, el juez Mauricio Navarro Foressi abrió la audiencia que tenía en el banquillo a Juan Carlos Chávez.

El joven le dijo al juez que él le robo el teléfono celular a un hombre, pero que no lo agredió tal como se leyó en el Decreto de Determinación del Hecho. Asimismo, el imputado pidió disculpas a la víctima. Ante la confesión lisa y llana de Chávez, las partes desistieron de los testigos y se escucharon los alegatos. El fiscal Alejandro Dalla Lasta, entendió que Chávez debía responder por el delito de hurto simple y no por el de robo simple, como había llegado al debate.

Al momento de mensurar la pena el fiscal pidió la pena de tres meses de prisión efectiva y que sea trasladado inmediatamente al penal. El joven llegaba en libertad y contaba en su haber con una condena previa en suspenso. Luego alegó la defensora oficial Dra. Valeria Olmedo, quien se adhirió a los conceptos vertidos por el fiscal y coincidió en el monto de la pena.

Después de escuchar a las partes, el juez declaró culpable a Chávez y ordenó su traslado al penal, declarándolo reincidente por primera vez, además de realizar un tratamiento por sus adicciones.