El caso de Matías Jurado, el hombre detenido en Jujuy por ser el presunto autor de la desaparición de cinco hombres, suma nuevas y reveladoras pistas. La investigación se centra ahora en el meticuloso rastreo de sus movimientos a través de tarjetas SUBE y en los horarios en que se trasladaba por la ciudad, datos que podrían ser cruciales para reconstruir los hechos.
El fiscal regional Guillermo Beller reveló que, tras un allanamiento en la casa de Jurado en el barrio Alto Comedero el 31 de julio, se incautaron varias tarjetas SUBE. El análisis de su uso mostró un patrón de viajes que coincide con la previa de la recolección de basura, un detalle que despertó fuertes sospechas en los investigadores.
"La tarjeta SUBE muestra mayor uso los días viernes. Coincide con los días previos a la recolección de basura, lo que podría indicar que actuaba sabiendo que al día siguiente podía descartar elementos", precisó Beller. A partir de esa información, un equipo especializado está revisando todas las cámaras de seguridad en las zonas de recorrido para buscar una conexión con la desaparición de las víctimas.
Un perfil criminal en construcción
Además de los movimientos, la investigación también avanza en la comprensión del perfil psicológico del imputado. Una psiquiatra del Ministerio Público de Salta se unió a las pericias el pasado 5 de septiembre, manteniendo un primer encuentro con Jurado. La especialista complementará el trabajo del psicólogo del Ministerio Público de Jujuy para profundizar en la motivación detrás de los crímenes.
El fiscal Beller también se refirió a las relaciones familiares de Jurado, confirmando que el acusado no mantenía contacto reciente con sus ex parejas ni con sus hijos. "Entrevistamos a una expareja con la que tiene un hijo en común. Era una relación de hace muchos años y no tenían contacto reciente. También entrevistamos a otra ex, anterior en el tiempo, con quien tuvo otros dos hijos, pero la falta de vínculo era todavía mayor", detalló.
Antecedentes penales y la causa actual
Matías Jurado fue detenido a fines de julio después de que la Justicia encontrara restos óseos, ropa y otros elementos calcinados en su vivienda. Se le imputa el delito de homicidio agravado por la desaparición de cinco hombres en situación de calle o con discapacidad. Actualmente, permanece detenido en el penal de Gorriti.
El acusado ya contaba con un historial delictivo: estuvo preso a los 17 años, luego en 2017 por robo agravado y en 2018 por amenazas. Su última condena fue de 3 años y 4 meses de prisión, de la cual recuperó la libertad condicional en 2020.
