J.A., una estudiante de 22 años, comenzó a sentirse mal el miércoles por la mañana. Tenía un fuerte dolor abdominal que, prácticamente, no la dejaba moverse. Decidió ir al centro de salud Sábatto, en Berazategui, donde los médicos notaron que el cuadro podría ser de gravedad por tratarse de cólicos renales. Decidieron derivarla al Hospital Evita Pueblo de la misma localidad. Ese fue el momento en que comenzó su calvario y no precisamente por el dolor que tenía.

Allí, tras una revisión, un médico ecuatoriano intentó violarla en uno de los consultorios, según la denuncia que formuló. Luego, fue arrestado por la Policía Bonaerense, en una causa a cargo de la UFI N°8 del fiscal Alejandro Ruggeri. El testimonio de una enfermera y lo que se encontró en un tacho de basura fueron las claves para que el profesional quede detenido y acusado de un delito que puede llevarlo a la cárcel por hasta 15 años.

“La víctima fue muy contundente en el relato. Y los primeros estudios médicos nos dieron indicios de que dice la verdad. El abuso no fue aun peor porque ella pudo gritar y ser socorrida por una enfermera. Es esa misma auxiliar la que después nos dio un testimonio clave”, explica uno de los investigadores.

La reconstrucción de los hechos que realizó el fiscal Ruggeri, en base al testimonio de la víctima, es lineal y clara. J.A. llegó al Hospital Evita Pueblo el miércoles al mediodía y fue llevada a una sala común. Luego de una hora llegó para atenderla un médico cirujano, de nacionalidad ecuatoriana, identificado como Jonathan A. Lo primero que hizo fue revisarla, luego le pidió que se desnude.

“¿Desnudarme por qué?”, pregunto la chica. “Porque tengo que hacerte un tacto rectal”, le respondió el médico. Ella aceptó. Se sacó la ropa y se dio vuelta. Contó que primero notó el proceder normal del médico, pero luego sintió un dolor extremo. Cuando se dio vuelta, siempre según su testimonio, vio al doctor con los pantalones y la ropa interior por la rodilla. Su primera reacción fue gritar, la segunda ponerse a llorar.

Ante los gritos de desesperación llegó una enfermera al consultorio. Para ese momento Jonathan A. ya tenía los pantalones nuevamente ajustados y deambulaba por el consultorio, luego se retiró. Apenas quedaron a solas las dos mujeres, la víctima le contó lo que había pasado. La enfermera le creyó y, quizás por experiencia, fue directamente al tacho de basura. Ahí encontró el envoltorio de un preservativo. Lo guardo en una bolsa cerrada.

Inmediatamente la enfermera realizó la denuncia interna con sus superiores y la situación llegó hasta el director del Hospital que decidió llamar al 911. Dos efectivos de la Comisaría 2° de Berazategui llegaron al lugar y, por orden del fiscal Ruggeri, aprehendieron al médico ecuatoriano.

“Además del testimonio de la víctima, que por supuesto es clave, recibimos el de la enfermera que nos relató cómo encontró a J. y la actitud que tenía el médico cuando ella llega al consultorio. También nos hizo mención, por supuesto, al envoltorio del preservativo que encontró en el tacho de basura que va a ser un elemento clave”, explican desde la fiscalía.

La víctima fue revisada por el médico legista que constató indicios de una violación. La imputación, por lo pronto, es por intento de abuso sexual porque se cree que el médico no llegó a consumar el delito. Sin embargo, faltan realizarle algunos estudios médicos más a la joven, en un caso revelado por el portal Data Judicial.

Otra pericia que será fundamental, y que se espera que llegue en las próximas semanas, es al envoltorio del profiláctico. El fiscal ordenó que se le hagan estudios para determinar si hay huellas dactilares del cirujano.

Mientras tanto, el juez Alejandro Mora, titular del Juzgado de garantías 7 de Berazategui, ya convalidó la detención de Jonathan A., que permanece detenido en una comisaría.