Las secretarias de Género de la Unión Cívica Radical (UCR) María Luisa Moreno y Gabriela Nieva Larcher emitieron un documento titulado “Políticas públicas de calidad” que lleva la rúbrica de ambas mujeres, mediante el cual reclaman al gobierno de la provincial la falta de estadísticas sobreviolencia de género.

En el escrito que se hizo viral, mencionan “Así como no contamos con estadísticas oficiales, tampoco en el organigrama oficial existe un Observatorio que mida el impacto de las políticas públicas sobre este tema. Sin mediciones estadísticas, es dable preguntarnos cuáles son los criterios que guían y orientan la planificación de políticas públicas en las Áreas específicas”. 

Documento: “Políticas públicas de calidad”

“No sin asombro observamos que Catamarca no fue incluida en la encuesta recientemente promovida por el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de La Nación, en relación a la problemática de la violencia de género.

Cuando es de público conocimiento que los Juzgados de Familia se encuentran atestados de denuncias y causas de esta índole, nos cabe preguntar cuáles fueron las razones por la que nuestra provincia no fue incluida dentro de las 12 jurisdicciones entre las que sí figuran Buenos Aires, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, Neuquén, Misiones, Salta, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. Tal ausencia obedece a que en Catamarca no existen estadísticas oficiales? 

Así como no contamos con estadísticas oficiales, tampoco en el organigrama oficial existe un Observatorio que mida el impacto de las políticas públicas sobre este tema. Sin mediciones estadísticas, es dable preguntarnos cuáles son los criterios que guían y orientan la planificación de políticas públicas en las Áreas específicas.

Creemos que las acciones del Estado además de estar convenientemente planificadas deben ser de carácter transversal e integral, de otro modo seguiremos inmersos en situaciones sin solución de continuidad lamentando hechos de violencia. Por caso, basta recordar que en el transcurso de 2021 debimos lamentar tres femicidios, a los que se suman datos sobre otros hechos que emanan de la propia institución policial o de unidades judiciales. 

Las acciones de prevención, escasas por cierto, son otra preocupación ya que a diario lamentamos la escalada de abusos sexuales perpetrados en contra de mujeres, niños, niñas y adolescentes, incluso en la vía pública. No hemos escuchado aún hablar respecto de políticas de prevención por parte de los Sistemas de Protección, como tampoco en relación a las políticas de contención destinadas a víctimas y sobrevivientes.

Quizás la invisibilización impera a la hora de ocuparse seriamente al respecto. Debemos señalar que además de la ausencia de acciones de prevención, nos preocupa la carencia de recurso humano destinado a asesorar y contener a víctimas y sobrevivientes de violencia de género. 

En su momento, con beneplácito recibimos el anuncio de la creación de una Secretaria de Mujeres, Género y Diversidad en ámbitos de la Ciudad Capital, sin embargo poco aporta la creación de nuevas unidades ejecutoras en el organigrama estatal si el presupuesto de recursos financieros es escaso para la ejecución de políticas públicas. La verdadera voluntad política de un gobierno sobre los temas que dice importarle se mide en la planificación presupuestaria destinada para su gestión. Un área más en la estructura del Estado que carece de la capacidad operativa de ofrecer respuestas eficaces sólo sobredimensiona una super estructura elefantiásica, muy lejos de las necesidades de mujeres, infancias y disidencias especialmente las que pueblan los territorios más recónditos de la provincia.

Precisamente, cuando aun aguardamos la creación del Fuero Especializado en ámbitos de la Justicia provincial sólo nos resta una última reflexión: teniendo en cuenta que 2023 será de carácter electoral, un estándar de calidad gubernamental estaría dado por la efectivizarían de respuestas claras, asertivas y universales sobre el flagelo de la violencia que sigue pesando como espada de damocles especialmente sobre la población de escasos recursos o alejada de centros urbanos, profundizando la situación de vulnerabilidad. Comenzar midiendo estas realidades para la posterior elaboración de datos estadísticos sería un primer paso hacia la aplicación de políticas públicas de calidad", versa el escrito.