Desde las 10 de la mañana, la Catedral Metropolitana —donde Jorge Bergoglio vivió y ejerció gran parte de su labor pastoral— será sede de una emotiva ceremonia religiosa que marcará el cierre de los homenajes en su honor.
La misa será presidida por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien el lunes pasado ya había ofrecido una homilía especial tras conocerse la noticia del fallecimiento del Santo Padre. Se espera la asistencia de miles de fieles, que llegarán a la histórica iglesia para rendir tributo al primer papa latinoamericano.
El homenaje estará dividido en dos momentos centrales: en primer lugar, un abrazo simbólico a la Plaza de Mayo, donde se desplegará una gran imagen de Jorge Bergoglio. Luego, se realizará una caravana que recorrerá diferentes puntos emblemáticos de la ciudad, vinculados a su vida y misión pastoral. Entre los lugares destacados figuran un hospital, un hogar de Cristo y la Plaza Constitución, sitios donde Francisco dejó una huella profunda a través de su compromiso social.
Un legado que apenas comienza
Esta mañana, Máximo Jurcinovic, director de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, destacó el impacto del pontífice en declaraciones a Radio Rivadavia. "Francisco se entiende desde la gente, desde su pueblo, desde las realidades que abrazó", afirmó en el programa Guada recargada.
Sobre las imágenes de la exequia papal, Jurcinovic señaló: "La muerte tiene esa contradicción de alegría y tristeza. Sentimos dolor, pero también gratitud hacia el argentino más trascendente de la historia, un hombre de Dios y un líder universal". Además, subrayó que el legado de Francisco "apenas está comenzando" y que su influencia espiritual y social perdurará a través de las generaciones.