Brindar es una costumbre profundamente arraigada en la cultura argentina. Está presente en cumpleaños, asados, fiestas familiares, reuniones de amigos y celebraciones de fin de año. Aunque suele parecer un gesto simple, el brindis tiene reglas no escritas que todos conocen y respetan.
En Argentina no hace falta una ocasión formal ni una bebida sofisticada: lo importante es el momento compartido. Sin embargo, hay ciertos usos y creencias populares que marcan cómo se brinda correctamente.
Si bien el brindis tiene raíces antiguas, en Argentina adquirió un carácter propio, más informal y cercano. Se trata de una excusa para celebrar, agradecer o simplemente compartir.
El brindis suele darse de manera espontánea, pero generalmente sigue estos pasos:
- Alguien propone el brindis, sin necesidad de un discurso extenso. Puede ser el anfitrión o cualquier persona del grupo.
- Se levantan los vasos y, cuando es posible, se chocan suavemente con quienes están cerca.
- Se dice una frase corta, como "salud", "por nosotros" o "por estar juntos".
- Se toma al menos un sorbo, incluso si es mínimo.
Lo que sí está bien al brindar
- Mirarse a los ojos, un gesto considerado clave y de respeto.
- Brindar con cualquier bebida, ya sea vino, cerveza, sidra, fernet o gaseosa.
- Esperar a que todos tengan vaso, especialmente en reuniones chicas.
- Tomar aunque sea un sorbo, para "cerrar" el brindis.
Lo que no se recomienda hacer
- Brindar con la copa vacía, una de las creencias más extendidas asociadas a la mala suerte.
- Brindar con agua, salvo por razones de salud.
- Cruzar los brazos al chocar las copas, algo incómodo y poco habitual.
En reuniones numerosas, muchas veces no se chocan las copas una por una: alcanza con levantar el vaso al aire y brindar en conjunto. Más allá de estas costumbres, en Argentina importa más el espíritu del momento que la forma o los protocolos.