La Secretaría de Agua dependiente del Ministerio de Agua, Energía y Medio Ambiente de la provincia comunicó este viernes que había habilitado un nuevo sistema de almacenamiento del servicio de agua potable para los habitantes del paraje de El Tolar, departamento de Belén.
La novedad generó buena respuesta pero 48 horas después, desde la misma comunidad ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Belén se desmintió tal cosa y de manera categórica.
“No es así”, indica Amalia Agüero, directora y maestra de la Escuela nº 474, quien en la página oficial de Facebook que tiene el establecimiento comentó en detalle lo que realmente sucedió.
“Vinieron dos personas del Ministerio de Agua Energía y Medio Ambiente por el problema que tenemos en la escuela porque se rompió el tanque de agua debido a los fuertes vientos y además para hacer un relevamiento debido a que desde hace bastante tiempo se pide desde el establecimiento la construcción de una galería filtrante”, marcó Agüero. Y agrega: “trajeron el tanque y no se pudo cambiar por falta de materiales. Hicieron el relevamiento y luego visitaron a los vecinos”.
La docente precisó que los trabajadores del Ministerio de Agua Energía hicieron llegar por medio de manguera y desde el río el agua a una vecina que tiene su vivienda como a 100 metros de la escuela. “Esto dista mucho de dar como una gran noticia de que El Tolar tiene agua potable. Es más cuando se congela el río, que es casi a diario, no tenemos agua”, sentenció.
La titular del establecimiento manifestó luego que para poder dar continuidad a las clases presenciales “nos valemos de un filtro de agua para que los chicos tengan para tomar y juntamos agua en un tanque y ollas para cocinar y limpiar”.
Finalmente deslizó “que pena dar a conocer una noticia que dista mucho de la realidad”.
Recordemos que El Tolar pertenece al municipio de La Puerta de Corral Quemado y que aún y a pesar de las promesas hechas en mayo de este año por el Ejecutivo provincial, para poder acceder a este bello lugar se debe llegar en vehículo hasta La Soledad. Desde allí los docentes y pobladores alquilan caballos y mulas y tras nueve horas de viaje por ríos y montañas, llegan a sus hogares. En caso de no conseguir animales son 12 horas caminando.
