Finalmente, dos de los temas en conflicto entre la comuna de Fray Mamerto Esquiú y la Parroquia de San José de Piedra Blanca, fueron zanjados en las últimas horas. Lo primero que se informó y sobre lo que se generó un acuerdo es el referido a la entrega de las llaves del predio de la Graciana, que se recuerda no solo se encontraba en uso mediante comodato por el Concejo Deliberante de Fray Mamerto Esquiú, sino que era escenario de la polémica por la deuda.  

Según se informó desde la municipalidad, Guillermo Ferreyra se reunió, acompañado de la Fiscal Municipal, Celia Aguirre y la secretaria de Desarrollo Social, Alejandra Benavidez con el Párroco, Pbro. Carlos Robledo "para acordar la entrega de llaves del predio de la Graciana". En esa oportunidad, se refiere que el intendente "agradeció la posibilidad "de uso del lugar para las actividades del CD. Asimismo, y en ese mismo acto se definió que "la semana próxima se realizarán los trabajos de pintura que habían sido acordados como parte del comodato del inmueble".   

El otro tema, que es el más trascendente, es el referido a la circulación del tránsito, en específico por detrás del Templo de San José, lo que era seriamente cuestionado por la comunidad y por la misma jerarquía eclesial. Esto fue confirmado en exclusiva a La Unión por el Padre Carlos Robledo, quien refirió que además de lo dicho sobre el predio de La Graciana, en la reunión se trató y definió el cambio del tránsito.  

En este sentido, el Cura Párroco indicó que “desde el lunes la comuna dijo que cambiará el recorrido del tránsito por la otra calle del lado de casa parroquial. Van a cerrar por completo la que se venía usando del lado sur y detrás del Templo”. De esta manera se hace lugar al reclamo por el impacto que las vibraciones de los vehículos provocaron en el Monumento Histórico Nacional. Recordemos que, mediante nota de los feligreses y el mismo sacerdote a cargo de la comunidad de Fray Mamerto Esquiú, había emplazado a la municipalidad a generar el cambio, de lo contrario el paso siguiente era iniciar acciones legales, responsabilizándolo al jefe comunal por los daños que pueda seguir sufriendo el templo.  

La nota, que vino a generar una marcha atrás en una de las decisiones más polémicas de Ferreyra, puntualizaba que “las profundas grietas se han producido a partir del cambio de dirección del tránsito y el incesante paso de todo tipo de vehículos. Esto produce una constante vibración que repercute negativamente en la estructura del templo”. Acotando seguidamente que esto corroborado por profesionales del medio. 

Sobre La Graciana  

En cuanto al otro tema, desde la visión de la comuna "en el mes de diciembre de 2022, habían finalizado de común acuerdo el contrato de alquiler del inmueble y a partir de allí se firmó un comodato que permitió continuar con el uso del predio en favor del Concejo Deliberante".   

Sobre esto se indica que la Fiscal Municipal explicó que el contrato de alquiler finalizado en diciembre pasado "fue cancelado en su totalidad", apuntando luego que "no existe deuda económica alguna con la Parroquia". En este sentido se conoce que desde la parroquia sí se reclama algo más que la pintura de lugar, esto porque también estaría pendiente el cierre perimetral del predio, y refacciones que no se terminaron.   

Desde hace alrededor de una semana, el Concejo Deliberante ya se encuentra instalado en un nuevo inmueble ubicado también sobre avenida La Callecita, justamente frente a la Graciana. Esto por cuanto el municipio no cuenta con un edificio o terreno propio acorde a las necesidades de este organismo. Esto es parte de una deuda, la que se reconoce al indicar que "sigue siendo un tema de permanente gestión".    

Y en este sentido, desde la gestión de Ferreyra, se indica que "tiempo atrás se había avanzado en un proyecto del Ejecutivo Municipal para la expropiación de un inmueble privado en desuso desde hace más de 15 años, el cual iba a ser declarado de "utilidad pública" para uso del organismo legislativo. Sin embargo, la iniciativa no tuvo el acompañamiento necesario por el voto negativo de las concejalas Susana Acosta y Verónica Segura, lo que impidió llegar a cumplir el anhelo de contar con una casa propia para su funcionamiento".