La historia de Juan, el pato callejero que se había convertido en un emblema de la ciudad de Mendoza, tomó un giro inesperado luego de que una denuncia anónima obligara a su dueña, Margarita Flores, a retirarlo de la florería donde convivía diariamente con vecinos y turistas.

"Nos dijeron que había una denuncia anónima y que teníamos 48 horas para retirar a Juan. Lo hicimos, pero no hubo advertencias previas", relató Margarita en diálogo con C5N, visiblemente afectada por la resolución municipal que, según explicó, la tomó por sorpresa.

El conflicto se desató tras la viralización de un video en TikTok, donde se veía al pato picoteando a un perro en la vereda de la florería, ubicada sobre la transitada avenida San Martín. Aunque la familia del perro afectado no realizó reclamos formales y aseguró haber tomado el hecho con humor, el registro fue suficiente para que la Municipalidad de Mendoza avanzara con la remoción del animal.

Desde la Secretaría de Ambiente del municipio explicaron que la medida buscó garantizar el "uso adecuado del espacio público" y preservar la seguridad de los vecinos, en el marco de la normativa sobre tenencia responsable de mascotas.

Sin embargo, la decisión no cayó bien en la comunidad. En cuestión de días, comenzaron a circular cuadernos para reunir firmas en apoyo a Juan. "La gente me decía '¿Dónde está Juan?' y empezaron a firmar para que vuelva. Agradezco a todos los que me están ayudando", expresó Margarita, emocionada.

Actualmente, Juan permanece en un pequeño corral de 3x4 metros en una vivienda de Maipú, alejado de su entorno habitual. "Está solo, pero no como él estaba acostumbrado: libre, suelto", lamentó su dueña, quien explicó que el pato no logra adaptarse al encierro.

La causa sumó en las últimas horas el apoyo del abogado penalista Oscar Alfredo Mellado, conocido por su militancia en defensa de los derechos animales. Mellado presentó un recurso de revocatoria ante la Municipalidad de Mendoza, dentro del plazo legal de diez días, con el objetivo de revertir la medida.

"El objetivo es reabrir el debate y encontrar una solución consensuada que permita el regreso de Juan a su entorno", explicó el abogado, quien destacó la necesidad de un acuerdo entre la Municipalidad, la dueña del animal y la comunidad.

Mientras tanto, la florería sigue sin su icónica mascota, y la campaña de firmas continúa sumando adhesiones: ya son cerca de 8.000 personas las que exigen el regreso de Juan.