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La rutina ideal para bajar la presión y mejorar la salud cardiovascular, según los especialistas

Una combinación específica de ejercicios permite controlar la hipertensión, además de brindar beneficios para el organismo.

25 Julio de 2025 19.14

La hipertensión arterial continúa siendo uno de los mayores desafíos de salud pública a nivel mundial, responsable de más de 10 millones de muertes anuales por enfermedades cardiovasculares. Tradicionalmente, su tratamiento ha dependido principalmente de la farmacología, pero recientes investigaciones sugieren que el ejercicio físico puede jugar un papel fundamental en su manejo.

Un estudio realizado por investigadores de la Escuela Universitaria UAX Rafa Nadal, en la Universidad Alfonso X el Sabio, y citado por SportLife, aporta evidencia sólida sobre la efectividad del entrenamiento de fuerza combinado con ejercicio aeróbico moderado para reducir la presión arterial. Esta línea de investigación coincide con conclusiones de estudios revisados por pares en publicaciones como British Journal of Sports Medicine y Nature Reviews Cardiology, donde se destaca que los programas que combinan ambos tipos de ejercicio superan en efectividad a los realizados por separado.

El estudio, publicado en la revista Terapias Complementarias en la Práctica Clínica, se llevó a cabo mediante un ensayo controlado aleatorizado de 12 semanas con 100 adultos hipertensos. Los participantes, distribuidos en tres grupos de intervención y uno control sedentario, realizaron diferentes protocolos de entrenamiento: aeróbico continuo de intensidad moderada, combinado de fuerza con aeróbico moderado, y combinado de fuerza con intervalos de alta intensidad. Todos los grupos que realizaron ejercicio mostraron mejoras significativas en presión arterial, composición corporal, perfil lipídico, niveles de glucosa y condición física general, en comparación con el grupo control.

Destaca especialmente el grupo que combinó entrenamiento de fuerza con ejercicio aeróbico moderado, que logró reducciones de hasta 13,4 mmHg en la presión arterial sistólica y 6,8 mmHg en la diastólica, cambios clínicamente relevantes. Además, se observaron mejoras en la fuerza muscular, disminución del perímetro abdominal —un marcador de grasa visceral— y aumento del consumo máximo de oxígeno (VO₂pico), indicador clave de salud cardiovascular y rendimiento aeróbico.

Estos resultados refuerzan las recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Medicina del Deporte, que promueven el ejercicio estructurado como primera línea en el tratamiento de la hipertensión. Según Juan Ramón Heredia, director del Máster de Rendimiento Deportivo y Prevención de Lesiones, los beneficios del entrenamiento combinado incluyen la optimización de la función vascular, la pérdida de grasa visceral, el aumento de masa muscular y la mejora del perfil metabólico.

Los autores del estudio también subrayan que el entrenamiento de fuerza, bien prescrito, no solo es seguro para pacientes hipertensos, sino que además contribuye a reducir grasa visceral y a incrementar el metabolismo basal, desafiando el estigma que tradicionalmente lo ha excluido por temor a efectos adversos.

Para quienes padecen hipertensión, se recomienda realizar entre dos y tres sesiones semanales de entrenamiento de fuerza con movimientos compuestos como sentadillas y press de banca, complementadas con 20 a 30 minutos de ejercicio cardiovascular moderado, como bicicleta o elíptica. Además, estudios en universidades británicas como Southampton y Edimburgo sugieren que la exposición regular al sol y actividades al aire libre también ayudan a reducir la presión arterial, gracias a la relación entre la exposición solar, el óxido nítrico cutáneo y la regulación de la presión arterial.

En conclusión, el ejercicio físico, en sus distintas modalidades, emerge como una herramienta eficaz y segura para el control de la hipertensión, ofreciendo una alternativa complementaria a los tratamientos farmacológicos tradicionales.