Más allá de la gravitancia histórica de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM) -tanto por su número de afiliados como por la influencia que representa para los otros gremios del sector industrial-, la negociación de las paritarias 2023 contenía un elemento extra: el sindicato buscaba cerrar un incremento por inflación prevista (no acumulada) de corto plazo. Eso fue lo que acordaron este martes junto a la ministra de Trabajo, Raquel Kelly Olmos.

El gremio liderado por Abel Furlán determinaron un incremento para el trimestre abril-mayo-junio del 18% en dos tramos. El primer aumento se percibirá en el mes de abril y será del 10%, mientras que el restante 8% será percibido en los haberes de mayo. Ambos son acumulativos. En junio se reencontrarán partes para evaluar nuevas medidas.

Del encuentro también participaron las seis cámaras del sector metalúrgico: ADIMRA (Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina), AFAC (autopartistas), CAMIMA (pymes industriales), AFARTE (terminales electrónicas de Tierra del Fuego), CAIMA (aluminio) y FEDEHOGAR (electrodomésticos).

El acuerdo se logró luego de que la UOM solicite un 20% de aumento para el trimestre, recibiendo una contrapropuesta del sector empresarial del 18% en tres tramos con mejoras no acumulativas. Finalmente se acordó esta última suma, pero en otras condiciones. Se aguarda la posibilidad de que este acuerdo signifique una pretensión en otras discusiones colectivas del sector.

En diciembre, el gremio metalúrgico obtuvo un aumento salarial del 45%, que permitió que el incremento de haberes para los trabajadores del sector alcance un 110%, entre abril del 2022 y marzo de este año. La última suba de ese aumento se percibió precisamente en el mes de marzo, con un aumento del 12%.

Resta definir los alcances del acuerdo paritario a partir de una mesa de negociación que replicará este miércoles el sector gremial con las grandes siderúrgicas, donde se pretende replicar el acuerdo sellado.