Uno de los rituales más populares en los cumpleaños de todo el mundo es encender velas en la torta y soplarlas mientras se piden deseos. Sin embargo, especialistas en simbología y espiritualidad recomiendan evitar apagar las velas con el soplo, ya que esto podría interferir con la intención original del ritual.

El encendido de velas siempre se asocia con intenciones positivas, autoconocimiento y espiritualidad. Apagarlas con el viento, señalan los expertos, podría "derribar los objetivos" que se buscan manifestar, y alterar la energía que se intenta proyectar.

Algunas tradiciones consideran que el fuego tiene el poder de alejar lo negativo y purificar la vida, y que, por ello, al momento de usar una vela se deben seguir ciertas pautas:

Encender la vela con fósforos, evitando el encendedor.

Cerrar los ojos y concentrarse en desprenderse de aquello que no se puede dejar atrás.

Evitar pedir deseos o aspiraciones personales mientras la vela arde.

Apagar la llama con métodos que no alteren su energía, como cubrirla con un vaso o humedecer los dedos.

En muchos casos, los especialistas aconsejan dejar que la vela se consuma sola, para aprovechar al máximo su simbolismo. Las velas, además de su uso en celebraciones, se emplean en rituales religiosos y espacios de oración, ya que representan armonía, protección y conexión con la espiritualidad.