Todos los años el mismo recorrido, las mismas condiciones climáticas, el extenuante cansancio, las ampollas y varias otras dificultades pero nada de esto se recuerda al momento de estar frente a la Virgen del Valle. Esta es la fe de los peregrinos de la Virgen del Valle, la de los miles que están llegando y de los otros tantos que vienen en camino.
La Plaza 25 de Mayo ya muestra la postal típica de todos los diciembre para estas fechas y la emoción se puede ver en cada mirada de los devotos. El paisaje va a ser distinto desde el martes, cuando la Sagrada Imagen sea trasladada al Parque Adán Quiroga, donde permanecerá hasta la Solemne Procesión.
El reporte indica que la afluencia de fieles de las vecinas provincias registra un importante número para ser inicio de la semana. La mayoría de ellos son, como siempre, de Santiago del Estero, seguidos por los tucumanos y luego los riojanos. Los que van llegando, desafiaron el fuerte sol de esta mañana de lunes y no demoraron el ingreso al Santuario y Catedral “Nuestra Señora del Valle” para, por fin descansar ante Ella. Otros quedaron en los puestos de abastecimiento y atención en el ingreso a la Cuesta “El Portezuelo”, sobre Ruta Nacional N° 38, donde Defensa Civil y el SAME instalaron sus carpas para asistirlos.
En grandes grupos, estos peregrinos primero recibieron el desayuno, luego la asistencia médica y esperaban luego el almuerzo. Los kilómetros finales hasta la ciudad los van a recorrer cuando baje el sol, para así seguir el plan que tienen de no exponerse a las altas temperaturas y poder llegar en buenas condiciones.
“Mi viejo me traía de chico”
La Unión dialogó con algunos de los peregrinos que estaban ya descansando en la Plaza 25 de Mayo y se rescata de estos testimonios no solo la devoción sino la transmisión de la fe y la devoción a la Madre del Valle. Esto se refleja en el testimonio de un grupo de ciclistas de Las Termas de Santiago del Estero, que este año llegaron con este medio de movilidad pero recordaron que en otras ocasiones hicieron el trayecto en motocicleta. Uno de ellos, Gonzalo que está apenas pasando los cincuenta recordó: “Nosotros veníamos desde hace muchos años pero a mí, mi viejo me traía de muy chico. Después comencé a venir en moto y este es el segundo año en bicicleta”.
El recorrido les tomó unas trece horas y a pesar del cansancio confesaron sentirse plenos. Tanto que Juan, va a volver el jueves para la Procesión. Y con orgullo contó “esto es una tradición que tenemos desde muy chiquitos. Los abuelos venían, nuestros padres nos enseñaron el amor a la Virgencita del Valle, porque la fe se transmite. Tanto es que mi hijo de 13 años está llegando en otro grupo, en bici y por primera vez”.
Los santiagueños agradecieron las muestras de afecto, la ayuda y soporte de los grupos que colaboran con el agua y hasta destacaron las bellezas de la Ciudad, además de la “tremenda generosidad” de los catamarqueños.
De la misma provincia pero caminando, llegó Santiago quien junto a otros peregrinos recorrieron 183 kilómetros desde la localidad de Huampacha hasta la Catedral Basílica y para unir su tierra con la nuestra, se tomaron tres días. “Llegamos cansados pero ya estamos aquí para cumplir con nuestras plegarias y pedidos a la Virgen del Valle. Ella y Dios nos han permitido llegar.
Sobre el trayecto, el promesante confesó que antes de salir de su casa le pidió a Ella “que no llueva y nos cumplió y aquí estamos”.
Visitarla a Ella
Como muchos de los promesantes que llegan con anticipación a la Procesión, estos tienen por costumbre, cumplir con la promesa, descansar un poco y regresar en el mismo día pero ya en colectivo. Así lo previó Enrique, que llegó también caminando pero desde Concepción de Tucumán. Esta fue su primera experiencia y confesó que en su casa pocos le tenían fe porque ni siquiera tiene la costumbre de caminar mucho. “La quería venir a visitar a Ella, así caminando” relató con sencillez. La experiencia le salió bien e invirtió un buen tiempo, porque lo hizo en tres días.
Otra experiencia fue la de Herminio, un devoto catamarqueño que salió el domingo de Los Altos y llegó a los pies de la Virgen en la mañana de este lunes. “Caminamos tranquilos y no nos molestó muchos el sol”. La experiencia de fe la realiza “desde hace muchos años, más de diez”, indicó.
