El Gobierno de la provincia realizó la apertura de sobres para la licitación de la culminación de la obra del camino a El Tolar, en el norte del departamento Belén, esto a fines de diciembre. La nueva promesa a la demanda histórica de los pobladores no fue casual sino que llegó luego que una mujer fuera trasladada en angarilla unos meses atrás hasta un centro asistencial. 

La cuenta de esos hechos es referida para tener el contexto de la urgencia de esta obra, por cuanto los años y las expectativas sobre una definitiva solución, aunque cercana por momentos, no hace más que alejarse cuando la fatalidad vuelve a golpear a los pobladores del norte de este departamento. Para prueba está lo que sucedió en las últimas horas con el deceso de un octogenario, quien vivía solo y en esa situación, la muerte lo encontró. No tuvo asistencia ni ayuda inmediata, porque así es como vivía él y se debe referir, que lo hacen muchos otros catamarqueños en la zona.

El dato es que Pedro Casimiro de 86 años, que es el hombre cuya muerte fue confirmada por fuentes oficiales a La Unión. sufrió una descompensación y al no haber asistencia médica  inmediata en la zona, no pudo evitarse su deceso. A esto se debe añadir que el octogenario vivía a cuatro horas de El Tolar y lo que añade dificultad para acceder al paraje, tanto para haberlo asistido como ahora para poder completar los procedimientos judiciales de rigor, es que la zona está siendo afectada por fuertes lluvias.

La muerte de Casimiro es materia de una investigación judicial, la que está a cargo de la Dra Sabrina Rodas, fiscal en feria de Belén, quien dispuso que una enfermera viaje hacia el lugar para constatar las causales del deceso. La profesional de la salud cumplirá esta tarea acompañada por personal policial y el delegado zonal.

Los otros casos

Los traslados de personas enfermeras desde El Tolar, lamentablemente no son una novedad sino, más bien, una triste realidad. El último caso fue el de Mercedes Gonzáles, quien en agosto debió ser bajada durante horas y a peso hasta la localidad de Pozo de Piedra, desde donde fue derivada a la ciudad de Belén para su atención. Un mes antes de esto, en julio lo que pasó la misma situación la vivió Marcelo, quien debió ser trasladado de la misma manera, luego de haber sufrido una fractura expuesta en una de sus piernas.

La memoria social y de los funcionarios, debe tener presente que a estos nombres se deben sumar los de Thiago y Julio y Roque Gordillo, padre e hijo. Este último lamentablemente falleció luego de haber sido “bajado” en las precarias condiciones ya conocidas por todos.