La mermelada de limón es una opción deliciosa para quienes disfrutan de sabores intensos. Esta receta tiene el balance perfecto entre lo dulce y lo ácido. Así se logra una combinación que despierta los sentidos. A diferencia de las mermeladas de frutas más suaves, el limón aporta un toque que queda excelente tanto en un desayuno tradicional como en preparaciones más sofisticadas, como salsas y postres.
Los limones no solo brindan un aroma refrescante y un color especial a la mermelada, sino que también son una excelente fuente de vitamina C y antioxidantes. Esta fruta cítrica es conocida por sus beneficios para el sistema inmunológico y por su capacidad de aportar brillo a la piel y proteger el organismo de enfermedades.
Los beneficios del limón
Esta receta puede convertirse en un hermoso regalo casero, envasada en frascos decorativos y ofrecida a amigos y familiares como un presente lleno de amor y cuidado.
Con solo unos pocos ingredientes, como limones frescos, azúcar y agua, es posible preparar esta deliciosa mermelada en casa. El proceso es sencillo, pero requiere paciencia para obtener la textura perfecta.
Receta de mermelada de limón (para 2 frascos)
Ingredientes:
- 6 limones frescos
- 1 litro de agua
- 500 g de azúcar
Preparación:
- Lavar y cortar los limones: esto ayuda a eliminar cualquier impureza o cera de la piel. Luego, cortar en rodajas finas, retirando las semillas para que no amarguen la mermelada.
- Remojar los limones: colocar las rodajas de limón en un bol con agua fría y dejarlas reposar durante 24 horas, cambiando el agua al menos dos veces. Esto ayuda a suavizar el sabor amargo de la cáscara y a que la mermelada tenga un gusto más equilibrado.
- Cocinar la mezcla: después del remojo, colocar las rodajas de limón en una olla con el litro de agua y llevar a fuego medio. Cocinar hasta que las cáscaras estén tiernas, aproximadamente 30 minutos. Luego, añadir el azúcar y cocinar a fuego bajo, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue, hasta que la mezcla espese (esto puede tomar entre 45 minutos y una hora).
- Revisar la consistencia: colocar una pequeña cantidad en un plato frío y ver si gelifica ligeramente al enfriarse. Si es así, la mermelada está lista. Retirar del fuego y dejar reposar unos minutos.
- Envasar: vertir la mermelada caliente en frascos de vidrio esterilizados, sellar bien y dejar enfriar a temperatura ambiente. Luego, conservar en un lugar fresco y oscuro.
