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Qué revela de vos que no te gusten los gatos, según la psicología

Detrás del rechazo a los felinos puede haber rasgos de personalidad y experiencias que influyen en esa actitud. Enterate acá de qué se trata.

23 Junio de 2025 15.41

Aunque a muchas personas los gatos le parecen hermosos y fascinantes, hay quienes no los toleran por nada del mundo. Lejos de ser una simple preferencia, la psicología plantea que este rechazo podría estar vinculado a ciertos rasgos de personalidad, formas de vincularse o incluso experiencias del pasado que dejaron huella.

A diferencia de los perros, que suelen buscar contacto constante y aprobación, los gatos imponen sus propios tiempos y espacios. Esto puede resultar incómodo para quienes necesitan tener control o certezas en sus vínculos.

Además, el hecho de que un gato no obedezca órdenes o no siempre se deje acariciar puede generar frustración en personas con bajo nivel de tolerancia a la ambigüedad.

A su vez, la imagen cultural del gato —asociada muchas veces a lo misterioso, lo impredecible o incluso lo manipulador— puede reforzar ideas negativas, sobre todo si hubo alguna experiencia previa desagradable.

La psicología también apunta a que la forma en que nos enseñaron a ver a los animales en la infancia influye mucho en nuestras emociones adultas frente a ellos.

¿Por qué a algunas personas no les gustan los gatos?

  • Necesidad de control: los gatos no se dejan dominar fácilmente, lo que puede incomodar a quienes necesitan tener el control en sus relaciones.
  • Inseguridad emocional: el carácter impredecible de los gatos puede despertar desconfianza o ansiedad en personas que necesitan respuestas claras.
  • Experiencias negativas anteriores: una mala experiencia con un gato en la infancia o relatos negativos pueden dejar una marca inconsciente.
  • Educación rígida o tradicional: si creciste en un entorno donde los gatos eran vistos como sucios o peligrosos, es posible que hayas internalizado esa visión.
  • Menor tolerancia a lo imprevisible: quienes tienen una personalidad más estructurada pueden sentirse incómodos con el comportamiento autónomo de los felinos.