Es común observar a los perros sacando la lengua, pero cuando esto se convierte en una conducta frecuente o excesiva, puede generar preocupación entre los dueños. Normalmente, los perros sacan la lengua como una forma de regular su temperatura corporal.

Al igual que los humanos sudamos para enfriar nuestro cuerpo, los perros jadean y sacan la lengua para liberar calor. Este comportamiento es completamente natural, especialmente en días calurosos o después de un ejercicio intenso. Sin embargo, si tu perro lo hace muy seguido o en momentos en que no parece estar caliente ni agotado, es importante observar otros posibles signos de alerta.

¿Cómo darte cuenta cuándo el jadeo puede ser preocupante?

Uno de los principales factores a tener en cuenta es si el perro está estresado o ansioso. Los perros pueden sacar la lengua y jadear en situaciones de estrés, nerviosismo o excitación. Esto es común durante visitas al veterinario, al estar rodeado de ruidos fuertes o en un entorno desconocido.

En estos casos, la lengua de tu perro podría estar más visible, e incluso podría haber cambios en su respiración. Si notás que esta conducta se repite en situaciones de ansiedad, es recomendable trabajar en técnicas de relajación o llevar a tu perro a un profesional que pueda ayudarlo a gestionar su estrés.

Además de las causas emocionales, hay otras razones médicas por las que tu perro podría sacar la lengua de forma excesiva. Trastornos de la salud como problemas respiratorios, trastornos cardíacos o enfermedades de la boca y encías pueden provocar que un perro jadee más de lo normal. Si el jadeo es excesivo y viene acompañado de otros síntomas como dificultad para respirar, letargo o pérdida de apetito, es crucial acudir al veterinario para un chequeo completo. A veces, una condición subyacente puede estar afectando su capacidad para respirar de manera normal, lo que lleva a un jadeo continuo.

Si el comportamiento se vuelve más frecuente y no parece estar relacionado con el calor o el ejercicio, la mejor recomendación es observar a tu perro detenidamente. Mantén un registro de cuándo y cómo ocurre el jadeo excesivo para identificar patrones y posibles desencadenantes. Siempre que tengas dudas sobre la salud de tu mascota, lo más recomendable es consultar con un veterinario.