Un posteo en las redes sociales, puede derivar en muchas cosas y hacia muchos lugares. En este caso, más allá de algunas de las respuestas, la situación en el fondo es una denuncia y un llamado a la mejor calidad del servicio. Y para entender, todo se inició con la siguiente exclamación: "Cómo mínimo podrían poner unas cortinas en los colectivos de la Empresa 25 de Agosto, línea 201". Quien lo firma, acompaña el pedido con la siguiente foto, que no hace más que dar contundencia a las palabras.
Y es así, que el posteo de Cintia en un grupo de Facebook de Fray Mamerto Esquiú comenzó a desatar una cadena de mensajes, que van de los razonables hasta los más hilarantes. Para pruebas, solo algunos de ellos:
- Carolina: Ciudades como Córdoba por ejemplo, ninguna empresa de transporte urbano tiene coches con cortinas. Y tienen recorridos más largos que el 201. Exigen mucho.
- Graciela: Si tienen y son asientos reclinables y aparte con wifi. Yo vivo en el interior, en Las Pirquitas y el colectivo es pésimo en horario que sea y el coche, ni que hablar.
- Bianca: Ni timbre decente tienen. Una vergüenza la empresa!!
- Amira Guadalupe: El timbre del colectivo que tome ayer. No encontré el botón.
- Moni: Tendríamos que salir a la calle y pedir competencia. Son un desastre. Los chóferes se llevan todos los insultos.
- Alexis: Es para que disfrutes la maravillosa naturaleza. Ja ja.
- Adela: Son un desastre los colectivos una vergüenza. Un desastre el servicio de la Empresa 25 de Agosto. Nadie controla, menos los horarios.
La lista siguió pero todos coinciden en un punto: la mala calidad de servicio y que este no se condice con el valor del boleto que los usuarios pagan. Y aquí se advierte que en el caso de Fray Mamerto Esquiú y sucede igual en Valle Viejo, los precios superan muchas veces hasta el doble del boleto mínimo, esto dependiendo de la localidad a la que se viaje.
Allí, en definitiva reside el malestar del mensaje original. Los usuarios de esta empresa en particular, solo piden cortinas, traducido equivale a mejor servicio, mayor empatía con el pasajero y mejor retribución en función del costo del pasaje. Nada del otro mundo pero la realidad de nuestra provincia refiere todo lo contrario.
En el esquema del transporte público, es el usuario el que menos beneficios tiene. Las empresas y patronales, se sabe tienen las subvenciones que las ayudan a acceder a los insumos y hasta a pagar gran parte de los salarios. Los trabajadores, gracias a la asistencia del gremio UTA, se garantizan mes a mes el pago de lo que les corresponde. Todos, a la corta o a la larga, ganan. El que siempre termina complicado es el pasajero, que como Cintia, solo pide una cortina que la resguarde del intenso calor catamarqueño.
