El Instituto Guillermo Enrique Hood se unió para ayudar a la comunidad indígena de El Tolar, la que estuvo presente con una delegación en el Parque Adán Quiroga, donde se desarrolló el evento. Es que ellos entre otras cosas, de las muchas que necesitan, es sabido que se destaca el poder ingresar a su pueblo sin tener que caminar varios kilómetros todos los días.
Es por eso que la idea fue juntar la mayor cantidad de dinero posible para con ese monto, poder comprar un cuatriciclo para la comunidad y que ese sea el medio de transporte que les permita ingresar y salir de la mejor manera. Además, ellos tienen la necesidad de contar con 12 baterías industriales para que puedan tener energía eléctrica constante en la zona.
Fue una tarde emotiva donde las familias de los niños que concurren al Hood, quienes se unieron junto a los docentes y autoridades para poder ayudar. A ellos se sumaron los atletas, quienes le dieron el color y el profesionalismo a la actividad.
El evento que tuvo el apoyo de la Municipalidad de la Capital a través de la Subsecretaría de Deporte y Juventud y fue todo un éxito ya que se terminó consiguiendo el vehículo y las 12 baterías, todo esto se logrará gracias al total de la suma recolectada que fue de $1.253.870. “Todo esto para la gente de El Tolar”, indicaron los organizadores.
La competencia
El gran ganador de la distancia de 5km masculino fue David Nieva, seguido por Marcelo Gaitán y Falco Villafañe en la general. En damas la ganadora de la general fue Alejandra Canata.
En los 10km masculino, el vencedor en la general fue Mario Ledezma y en damas, en lo más alto del podio terminó Clarisa Maubecin.
El drama de El Tolar
El paraje El Tolar, donde vive una comunidad de 90 personas entre adultos y niños, se encuentra a casi 3.200 metros sobre el nivel del mar, rodeado de sierras y a casi 450 kilómetros de la capital catamarqueña. Estas características del paraje lo convierten en un lugar de difícil acceso.
La comunidad que pertenece al municipio de La Puerta de Corral Quemado, reclama desde hace años un camino que le permita acceder en menos tiempo hasta La Soledad. Es desde allí que los docentes y pobladores alquilan caballos y mulas y tras nueve horas de viaje por ríos y montañas, llegan a sus hogares. En caso de no conseguir animales son 12 horas caminando.
A lo largo de este tiempo se han suscitado traslados que han sido dramáticos y hasta fatales, todo porque falta un camino y la concreción del mismo se sigue prolongando en el tiempo.
