Generar vínculos más allá del encierro y el aislamiento es la meta a seguir por muchos docentes catamarqueños que acompañan no solo de manera virtual a sus alumnos, sino con otras actividades que acercan y enseñan, como es el caso de la docente Rocío Morales del JIN N° 26 del departamento Fray Mamerto Esquiú. Este espacio funciona en las instalaciones de la Escuela N° 204 con una plurisala de niños y niñas de 3, 4 y 5 años en la localidad de Pomancillo Oeste.

La seño Rocío también se vio limitada por la fase roja y decidió trabajar estrategias pedagógicas que le permitan dar continuidad a la educación donde no es posible la presencialidad, por eso implementó las clases a domicilio, visitando a sus pequeños alumnos en sus hogares, con todas las medidas sanitarias.

Esta modalidad domiciliaria mantiene el vínculo entre docentes, alumnos y familias, con todo lo que esto implica para los chicos que pueden seguir actividades y conectarse con su maestra en una especie de burbuja paralela que cuenta con el apoyo y el recibimiento hogareño de los padres y las familias que esperan ansiosos a la Seño Rocío.

“La actual situación de pandemia nos exige cómo Ministerio de Educación redoblar los esfuerzos para asegurar la continuidad del proceso de enseñanza-aprendizaje y estos ejemplos sirven como muestra del esfuerzo y dedicación de nuestros docentes”, manifestó la directora de Nivel Inicial, Nancy Díaz, en reconocimiento a la tarea docente de todos los maestros y maestras que se esfuerzan por no perder el contacto con sus alumnos.