Por segunda vez y augurando que este sea el espacio definitivo para las festividades de esta época del año, se llevó a cabo el cierre de las celebraciones marianas. Otra vez el Parque Adán Quiroga fue el escenario donde se convocaron miles de devotos, quienes desafiando la alerta naranja por los intensos calores, dijeron presente para estar junto a Ella en la Solemne Procesión en su honor. El dato que rompe la marca del año pasado, es la cantidad de peregrinos que ingresaron hasta las 14 hs de este jueves. El reporte policial indica que cruzaron el límite provincial 140 mil promesantes, cifra que emociona y conmueve. A esto se deben añadir otros tantos miles de catamarqueños, todos los cuales dieron un marco multitudinario a esta fiesta de fe mariana.
En este amplio escenario natural al aire libre del parque desde las 18 hs comenzaron a pasar peregrinos, instituciones y movimientos eclesiales, delegaciones y familias en general frente a la Imagen de la Virgen del Valle. Luego a las 18.47 hs, unos minutos más tarde de lo previsto, comenzó la Solemne Procesión. Esta recorrió el Ovalo de los Ciclistas, marchando según el orden procesional, primero las religiosas de la diócesis, luego los sacerdotes, seminaristas y el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč. Seguían luego la imagen del Beato Mamerto Esquiú y tras él las autoridades provinciales encabezadas por el Gobernador de la provincia, Lic. Raúl Jalil, el vicegobernador, Ing. Rubén Dusso, el intendente de la ciudad Capital, Dr. Gustavo Saadi, la diputada nacional Silvana Ginocchio, ministros del Ejecutivo provincial, entre otros legisladores y representantes del Poder Judicial.
La multitud
El año pasado poco más de 100 mil peregrinos habían dicho presente desde iniciadas las festividades pero este número fue altamente superado y las imágenes dan prueba de la multitud que acompañó el paso de la Morena a lo largo del Ovalo. Los que iban en primer lugar, los peregrinos e instituciones ya fueron más que el año pasado. Luego, tras la Imagen Sagrada seguía el pueblo fiel que a paso constante seguía la marcha a pesar de las agobiantes temperaturas. A estos, se debe añadir para tener idea de la enorme cantidad de asistentes, los que decidieron quedarse a lo largo del camino y en un costado, para así mirar el paso de la Virgen del Valle y otros miles más, que la aguardaban en el campo frente al escenario mayor.
Por lo tanto, esta fiesta de diciembre fue la más convocante después de la pandemia.
Otra vez pidiendo la lluvia
Una vez terminado el recorrido, que culminó dos minutos antes de las ocho de la noche, la Imagen de la Virgen, portada por oficiales de las fuerzas de seguridad, ingresó nuevamente al escenario mayor y fue recibida con la pañuelos al aire que la saludan y no cesaban de ser agitados mientras los viva, aplausos y la emoción de la canción describiendo su belleza morena, generaban un momento de gran emoción.
Fueron largos minutos con los corazones palpitando con emoción y aguantando el calor que se mantuvo, aunque el sol ya comenzaba a esconderse. En este clima, Mons. Luis Urbanč emitió su mensaje pastoral, donde primero le dijo a la Virgen Morena: “Gracias Madre por ser así de buena”, esto en nombre de todos los que estaban presente, de todos los que llegaron en medio de dificultades y de los que seguían la transmisión por medio de las redes sociales y los medios de comunicación.
Seguidamente reiteró el pedido que le formuló en la Bajada, al inicio de las festividades marianas, por la gracia de la lluvia. Marcando que la misma sea copiosa “para los sedientos campos” que tanto la están necesitando.
Luego se entonaron los himnos nacional y provincial y tras la bendición apostólica, y vivando a la Madre del Valle y al Beato Esquiú, la fiesta mariana más grande del NOA se iba cerrando en medio de renovadas vivas y el pedido del regreso de los miles de peregrinos a sus hogares sanos y salvos.
