El Gobierno nacional enfrenta un escenario legislativo complejo en su intento por aprobar la reforma laboral antes de que finalice el año. Aunque en la Casa Rosada aseguran que mantienen expectativas altas, en el oficialismo reconocen que todavía no cuentan con los votos necesarios en el Senado y que los tiempos parlamentarios juegan en contra.
La intención del Ejecutivo es lograr la sanción del proyecto durante las sesiones extraordinarias, pero el camino aparece plagado de obstáculos. El principal escollo, según admiten fuentes legislativas, es el cronograma del Senado, atravesado por los procedimientos reglamentarios y por el receso de fin de año. "Es un proceso largo: hay que convocar, conformar las comisiones, negociar la cantidad de expositores, sesionar en comisión, dictaminar, respetar la semana obligatoria entre dictamen y recinto y, recién ahí, llamar a sesión. Todo eso con las fiestas en el medio", explicó una fuente parlamentaria con acceso a las negociaciones.
Recién este martes comenzará formalmente ese recorrido. A las 11 de la mañana está prevista una reunión de Labor Parlamentaria en la Cámara Alta para definir el esquema de tratamiento de la reforma laboral. A partir de allí, el proyecto podría empezar a debatirse en comisión entre el miércoles y el jueves, aunque sin garantías de que el trámite avance al ritmo que pretende el Gobierno.
Pese a la voluntad de acelerar el proceso, en la Casa Rosada saben que la clave estará en sostener y profundizar las negociaciones políticas. El primer frente a atender es el vínculo con los gobernadores dialoguistas, cuyo respaldo resulta decisivo para alcanzar la media sanción. Si bien en las últimas semanas hubo acercamientos a Balcarce 50, la mayoría de los mandatarios provinciales plantea una prioridad clara: la aprobación del Presupuesto 2026 antes de discutir la modernización del régimen laboral.
"Ellos quieren tener presupuesto, que significa previsibilidad y seguridad. Para las provincias es lo más importante", señalaron desde el entorno de uno de los gobernadores. En la misma línea, agregaron: "Ya fueron dos años sin Presupuesto y todo sería mejor con uno aprobado". Esa demanda condiciona el apoyo provincial y obliga al Ejecutivo a negociar ambos proyectos en paralelo.
En ese contexto, el ministro del Interior, Diego Santilli, concentrará esta semana todos sus esfuerzos en la estrategia parlamentaria. Según pudo saber este medio, mantendrá contactos permanentes con los gobernadores para intentar cerrar acuerdos que permitan avanzar tanto con el Presupuesto como con la reforma laboral. No se descartan nuevas visitas de mandatarios provinciales a la Casa Rosada, como ocurrió días atrás.
Desde el oficialismo admiten, además, que existe un desgaste acumulado en la relación con las provincias. "Están cansados de que les prometan cosas para que voten a favor del Ejecutivo y después no se las cumplan", deslizaron desde uno de los bloques del Senado. En ese marco, los gestos concretos cobran relevancia. Un ejemplo citado en las negociaciones es la transferencia de $20.000 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que recibió este mes Tucumán, gobernada por Osvaldo Jaldo, el monto más alto otorgado desde la asunción de Javier Milei.
Otro actor central en la estrategia oficial es Patricia Bullrich, jefa del bloque de La Libertad Avanza en el Senado. La exministra de Seguridad mantiene una presencia constante en la Casa Rosada y participa activamente de las definiciones políticas. Este lunes, incluso, fue vista saliendo del despacho del asesor presidencial Santiago Caputo.
El objetivo inmediato de Bullrich es garantizar el respaldo de los bloques dialoguistas. Para aprobar la reforma, el oficialismo necesita reunir al menos 37 votos en la Cámara Alta. El primer paso será lograr la conformación de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda, condición indispensable para iniciar el debate formal.
Según fuentes libertarias, el kirchnerismo todavía no habría designado a sus integrantes en esas comisiones, una maniobra que podría dilatar el tratamiento. "Unión por la Patria no está presentando su gente, pero si conseguimos quórum sin ellos, avanzamos igual", aseguró una fuente del Ejecutivo.
A pesar de las dificultades, en el Gobierno insisten en mostrarse optimistas. "En el poroteo, los votos para aprobar la reforma estarían, siempre y cuando los gobernadores bajen la orden", afirmó un dirigente libertario involucrado en las negociaciones. Otra fuente de peso en La Libertad Avanza fue aún más concreta: "Hay expectativas de que se apruebe antes del 30 de diciembre".