Las mandarinas son una de las frutas más queridas durante el otoño e invierno en Argentina. Su dulzura y alto contenido en vitamina C las convierten en un clásico de la temporada. Sin embargo, hay un detalle que podría estar afectando la manera en que obtenemos sus beneficios: los hilos blancos que rodean los gajos.
El error que todos cometemos
Cristina Lora, una reconocida experta en seguridad alimentaria, generó un gran debate en redes sociales al advertir sobre un error común: desechar los finos hilos blancos, conocidos como albedos, que recubren los gajos de la mandarina.
Este gesto, que parece inofensivo, priva al cuerpo de uno de los componentes más saludables de la fruta. El albedo contiene una gran cantidad de compuestos fenólicos, antioxidantes que combaten los radicales libres responsables del envejecimiento celular. Según Lora, esta parte blanca puede contener hasta 20 veces más compuestos beneficiosos que el jugoso interior de la mandarina.
Un tesoro nutricional
El albedo no solo es rico en antioxidantes, sino también en pectina, una fibra soluble que ayuda a reducir el colesterol LDL y a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Además, prolonga la sensación de saciedad tras las comidas.
A pesar de estos beneficios, muchas personas continúan eliminando estas hebras. En redes sociales, la publicación de Lora generó reacciones diversas: desde sorpresa por los beneficios del albedo hasta quienes admitieron no poder comer la fruta sin quitar los hilillos.
No solo las mandarinas
Las mandarinas no son la única fruta con partes saludables que se suelen desechar. La naranja también tiene un albedo similar, y las uvas contienen resveratrol en sus hollejos. Incluso la piel de las manzanas es rica en fibra y polifenoles.
Este patrón de "pelar demasiado" se repite por desinformación. Afortunadamente, cada vez más profesionales, como Cristina Lora, divulgan este tipo de contenido.
Beneficios para la salud
Las mandarinas son apreciadas por su sabor dulce y su alto contenido en vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico y favorece la absorción del hierro. También son ricas en fibra, mejorando el tránsito intestinal y contribuyendo a la salud cardiovascular.
Además, contienen compuestos bioactivos con propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Gracias a su bajo aporte calórico, son ideales para dietas de control de peso.
En resumen, el consejo de la experta es claro: no te obsesiones con quitar todos los hilitos blancos. Aunque al principio pueda resultar extraño, el beneficio para la salud es notable. Es una forma sencilla y natural de mejorar tu alimentación.
Recordá que esos hilos blancos, lejos de ser una molestia, son un pequeño tesoro escondido. Integralos en tu alimentación y verás que, con el tiempo, agradecerás haber tomado esta sabia decisión. Como bien dice la experta: «Comételo».
