La vida cotidiana, la rutina y los horarios a cumplir hacen que el día a día sea muy acelerado. Para seguirle el ritmo, las personas a veces viven en automático, sin darse un respiro. El problema llega a la noche, cuando las revoluciones bajan y se siente un increíble vacío y estrés, que afecta la salud mental.
Sin requerir mucho tiempo de la rutina, existe un ejercicio que puede aliviar esa sensación. En sólo dos minutos y con movimientos muy sencillos de realizar, el estrés se verá reducido y la sensación de paz volverá al cuerpo.
Salud mental: ejercicio rápido para reducir el estrés
En cualquier momento del día que se tenga libre, ya sea viajando, manejando o demás, es recomendable parar un segundo y escuchar la respiración:
- ¿La respiración es rápida, el aire se queda en el pecho y se está inhalando por la boca? Es señal de estrés.
- La respiración es pausada, el aire baja hasta el vientre y se está inhalando por la nariz? Es señal de tranquilidad.
Una vez respondida esta duda, y si aún quedan dos minutos libres, es hora de poner el ejercicio en práctica:
- Poner una mano en el pecho y la otra mano en el vientre.
- Inhalar y exhalar suavemente por la nariz llevando el aire hacia el vientre. La mano que está en el vientre es la que debería moverse al inhalar y exhalar el aire.
- Al exhalar, imaginar que todos los pensamientos relacionados con el futuro, el estrés y las prisas se van. Hacerlo contando hasta 4.
- Al inhalar, imaginar que el presente llena el cuerpo. Hacerlo contando de 4 a 1.
- Cuando ya se hayan hecho tres o cuatro respiraciones así, el sistema nervioso estará relajado. Repetir la respiración 10 veces.
Salud mental: la relación entre la respiración y el estrés
El sistema nervioso autónomo funciona de forma automática, sin que las personas tengan que pensar. Se encarga de mecanismos corporales como, el latido del corazón, la digestión, la sudoración, entre otros.
Está compuesto por dos ramas:
- El sistema nervioso simpático: se activa cuando tenemos hambre o estamos alerta, pero también cuando estamos nerviosos o tenemos ansiedad. Suele ser el sistema nervioso con más estimulación.
- El sistema nervioso parasimpático: se activa cuando acabamos de comer, nos relajamos, conectamos con nuestras emociones, pero también cuando estamos meditando o en paz.
El objetivo del sistema nervioso autónomo es que la persona reaccione y se adapte correctamente al entorno. La mayoría de las funciones que realiza son invisibles a los ojos humanos, menos una: la respiración. Este mecanismo es el único que se puede controlar.
Entonces, al respirar de forma diafragmática y profunda, se activa el sistema nervioso parasimpático para que uno pueda sentirse relajado y seguro. A largo plazo, tener un sistema nervioso simpático menos activo alarga la esperanza de vida y mejora la calidad de vida.
